Salud Bienestar

Nuevos desafíos para la reforma sanitaria de EEUU



    WASHINGTON (Reuters) - El Partido Republicano de Estados Unidos prometió el lunes enfrentarse a la reforma sanitaria promovida por el presidente Barack Obama y que ha sido aprobada por el Congreso, mientras varios estados anunciaban impugnaciones legales y las acciones de las empresas del sector subían en bolsa.

    La aprobación del proyecto - por un reñido resultado de 219-212 - , a última hora del domingo, puso fin a una batalla política que ha consumido el trabajo del Congreso estadounidense en el último año y reducido las cifras de aprobación del Gobierno de Obama.

    Sin embargo, el mayor cambio en las políticas sanitarias de Estados Unidos en cuatro décadas todavía se enfrenta a múltiples obstáculos.

    Las autoridades de al menos 11 estados han anunciado demandas para impugnar la constitucionalidad de la reforma y señalar que infringe su soberanía estatal.

    Sin embargo, las acciones de las empresas del sector que cotizan en bolsa subieron en las operaciones matutinas del lunes mientras los inversores evaluaban el futuro de la reforma, que podría encaminarse a una larga batalla legal o a la esperanza real de extender la cobertura de salud a 32 millones de estadounidenses que están fuera del sistema.

    La reforma ampliará el plan sanitario del Gobierno para los pobres, impondrá nuevos impuestos a los que tienen mayores ingresos y prohibirá prácticas como negar la cobertura a personas con problemas médicos anteriores.

    "Esta legislación no solucionará todos los problemas que afectan a nuestro sistema sanitario, pero nos hará avanzar en la dirección correcta (...) éste es el aspecto del cambio", declaró Obama en un discurso de agradecimiento en la Casa Blanca.

    ANTIGUO OBJETIVO

    La aprobación de la ley cumple un objetivo que los demócratas llevan persiguiendo un siglo, por ejemplo en 1994 durante la presidencia de Bill Clinton.

    Republicanos y críticos de la industria sostenían que la iniciativa -que costará 940.000 millones de dólares (unos 695.000 millones de euros) en 10 años- será una fuerte intervención en el sector sanitario que elevará los precios, incrementará el déficit presupuestario y reducirá las opciones de los pacientes.

    Los senadores republicanos han anunciado que se opondrán a un paquete de cambios diseñado para mejorar el proyecto de ley, que se discutirá esta semana. Si tienen éxito en su estrategia podrían enviar las revisiones de vuelta a la Cámara.

    La reforma, la mayor prioridad nacional de Obama, supone los cambios más importantes en el sistema sanitario estadounidense de 2,5 billones de dólares desde la creación en 1965 del programa Medicare, administrado por el Gobierno, para ancianos y discapacitados.

    La legislación requerirá que todos los estadounidenses tengan un seguro sanitario, ofrece subsidios para ayudar a trabajadores de bajos ingresos a pagar el suyo, y crea espacios en los que grupos y particulares puedan revisar y comparar planes de seguros.

    Importantes provisiones como los intercambios y subsidios no entrarán en vigor hasta 2014, pero muchas de las reformas, como prohibir que las compañías nieguen la cobertura a los enfermos se aplicarán el primer año.