Renta variable

La bolsa española se acerca al premio de una copa de hierro

Sobre el césped en el que se disputó el que se considera uno de los grandes encuentros de la historia de los mundiales, el Brasil-Italia del Mundial 82, hoy se prohibe jugar a la pelota. El campo de Sarrià fue demolido y en aquel terreno hay edificios y parques.

Después de que la bolsa española en año y medio se haya revalorizado un 75 por ciento, desde el mínimo al que cayó en julio de 2012 tras la crisis abierta por Lehman, comienza a dar algunas muestras de exceso de altura que conviene advertir. El precio de entrada al terreno de juego se ha encarecido hasta el punto de ser el mercado en el que cuesta más el acceso. Si durante la década hemos podido comprar bolsa española con la expectativa de recuperar en 12 años el dinero invertido a través de los beneficios generados por la compañía -lo que se conoce como PER (del inglés price earning ratio)-, ahora tendríamos que esperar 16 años para recuperar el dinero puesto en compañías del Ibex por la vía del beneficio. El mayor tiempo de espera de todos los grandes mercados.

Al mayor tiempo de espera para que maduren las inversiones se une que ahora hay que confirmar que las elevadas expectativas de beneficio no se lleven por delante la cosecha prevista. Las compañías españolas tendrán que ganar de media un 25 por ciento más en 2014 para no defraudar. Cualquier cifra por debajo de este porcentaje será una decepción. Quizás por todo lo anteriormente contado, el Ibex no justifica valoraciones por encima de los 10.000 puntos y los analistas comienzan a describir un escenario peligroso. Entre las compañías del Ibex 35 no había tantas recomendaciones de venta en la última década, y para las de compra sobran los dedos de una mano. Al menos esto es lo que dicen los analistas, y como dice un buen amigo mío "el mejor de los analistas es como el mejor de los psicólogos, el del Sexto Sentido... que está muerto".

Aunque son los expertos los que se encargan de recordarnos aquello de Rockefeller de que "hay que empezar a vender bolsa cuando mi chófer comienza a comprar". Y últimamente han subido muchos decibelios los que hablan de bolsa y hoy se paga el PER más alto en la moderna bolsa española sólo superado por las 25 veces del máximo de la burbuja de 2000.

La misma confianza que hay con la bolsa es la que tenía el Brasil del Mundial de España. Aquella selección a la que se le atribuye una copa de hierro como a la Hungría del 54 o la Holanda del 74. El equipo llegó a los cuartos de final en un triangular que había diseñado la FIFA en el que quedaron encuadrados Brasil, Argentina e Italia. La selección transalpina secó a Maradona con el marcaje que Gentile hizo al astro. El seleccionador Bearzot le encomendó que Maradona no pudiese ni girarse. Así lo hizo. Brasil doblegó a Argentina y en el encuentro decisivo a la selección de Sócrates, Falcao y Zico le bastaba el empate. Entonces es cuando surgió la sorpresa. Un rehabilitado Paolo Rossi, que había sido inhabilitado por dos años de la práctica del fútbol profesional por un escándalo de apuestas deportivas, marcó tres goles a Brasil. Rossi no había anotado en cuatro partidos anteriores y cuando era el centro de todas las críticas cambió la historia del fútbol aquella tarde en Sarrià. Sócrates, el futbolista que defendía que había que ganar o perder pero siempre con dignidad, dijo que aquel Brasil "no era más competitivo pero jugaba mejor que el del 70". Zico apuntó que "si hubiéramos ganado ese partido, el fútbol habría sido diferente".

El rehabilitado para la inversión puede ser este año el bono americano. ¿Qué ocurrirá si se va a rentabilidades del 3,5 por ciento -está en torno al 2,85-? Que se llevará al alemán consigo y convertirá en injustificable el bajo interés que hoy, por ejemplo, paga un bono español al 3,7 por ciento. La renta fija volverá a ser competencia de la bolsa y ésta lo sufrirá.

Como dijo Sócrates después de perder ante Italia: "no pasa nada, lo siento por el fútbol". Si la renta fija sube sus intereses tendremos que decir que "no pasa nada, lo sentiremos por la renta variable".

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