
Gert Jan Hofstede vive preocupado por la caída del sentimiento de comunidad. Un problema que este profesor de la Universidad de Wageningen, multidisciplinar e impulsor del concepto de la "socialidad artificial", recomienda abordar dando más importancia a los espacios comunes.
A pesar de la creciente ansiedad y populismo, el hijo del psicólogo social holandés Geert Hofstede mantiene un moderado optimismo, por el paso adelante que están dando los jóvenes para tratar los problemas de todos.
¿En qué tonos pinta el cuadro para la próxima década?
Creo que las cosas empeorarán un poco, antes de que puedan mejorar. Vemos algunas buenas intenciones, pero no las llevamos a cabo. A veces nos estancamos, porque no existe un sentimiento de urgencia para actuar. Pero cuando suceda, la gente reaccionará. Lo único que realmente podría detenernos es si los países se preocupan demasiado por sí mismos.
"Lo que los líderes deben hacer acercarse a los ciudadanos y crear una conexión. Antes los políticos hablaban al corazón y alma de la gente"
Tenemos culturas que están muy orientadas a corto plazo, como Inglaterra. Se han olvidado de todo, mientras aún están pensando si hacen Brexit o no. Pero, en general, soy bastante optimista respecto al futuro de Europa. Creo que los jóvenes pueden ver lo que está sucediendo. Y realmente piensan con anticipación acerca de sus vidas y su futuro. Por ejemplo, muchos de ellos sí saben que el clima está cambiando, a pesar de que algunos adultos todavía lo nieguen.
¿Cómo explica el actual crecimiento del populismo?
En su libro Guerra, Paz y Guerra, Peter Turchin dijo que la primera generación después de una guerra importante está muy decidida a no tener otra guerra. Existe un espíritu de unión y reconstrucción. Éste ha sido el espíritu con el que se fundó la UE. Pero ahora la gente lo ha olvidado. Incluso si sentimos que nuestra vida es buena, creemos que nuestra comunidad no lo es. Falta el sentimiento de comunidad. Y objetivamente no es cierto. Como comunidad estamos mucho mejor que hace 50 años. Pero no estamos orgullosos de estos logros, porque nos hemos acostumbrado a ellos.
Al mismo tiempo, mi generación corre el riesgo de vivir peor que nuestros padres. Y esa es la definición perfecta de un fracaso colectivo.
Sí, podría ser el caso, en sentido económico. Pero en general, indicadores como la esperanza de vida o la atención médica continúan aumentando.
La política se está volviendo más emocional. ¿Cómo pueden nuestros gobernantes alcanzar los compromisos necesarios para que nuestras sociedades avancen?
Las emociones no están sustituyendo a los hechos, sino a esa unidad. Tenemos más información y datos de los que solíamos tener. Lo que los líderes deben hacer es acercarse a los ciudadanos y crear una conexión. Antes los políticos hablaban al corazón y al alma de la gente. Hemos perdido eso. Al menos en los Países Bajos, esto es consecuencia de lo bien que nos han ido las cosas. Al mismo tiempo, las personas se están volviendo más individualistas, y muchas personas sufren depresión y soledad.
¿Cómo podemos reconstruir las comunidades?
En mi caso, me doy cuenta de que, a medida que envejezco, me he convertido en una persona más capaz de crear grupos con un ambiente igualitario. Y en grupos igualitarios también uno se siente más seguro.
Pero más allá de organizar cenas, ¿qué pueden hacer nuestros líderes para recuperar ese sentimiento de comunidad?
La forma en que creamos el espacio público es bastante importante, y creo que esto podría ser subestimado. Si pensamos en la cultura, en términos de software de la mente, podríamos considerarla como algo independiente y externo a nuestra mente. Pero eso no es cierto. Tenemos el software de la mente, pero también nuestros cuerpos, y una necesidad básica de estar juntos. Un barrio donde se ubican varias tiendas y cafés acoge un alma en su interior.
Robert Putnam ya advirtió en su libro Bowling Alone sobre la importancia de los espacios comunes.
Sí. Para mí los bolos son una especie de "ruta de elefante", un término que utilizo para referirme a catalizadores de cohesión social. Al pensar en las políticas que son necesarias debes considerar a las personas en todas sus dimensiones sociales, tomando la perspectiva de varios tipos de personas, pensando cómo pasan su tiempo. No es algo a lo que se pueda dar una respuesta simple, ya que siempre existirán muchas variables, dado que son muchas las personas que deberán participar.
Insiste en la importancia de la unidad, pero no siempre es bueno si el pensamiento colectivo sustituye al pensamiento crítico. ¿Cómo asegurar el fino equilibrio para tener una comunidad vibrante?
Si el grupo es simplemente una expresión colectiva de nuestros temores, también puede convertirse en violencia colectiva. Eso es verdad. Creo que se debe crear un entorno seguro para las familias; una sanidad accesible y de calidad; empleos de los que se puedan sentir orgullosos las personas… Existen muchos factores que necesitan ser atendidos. No es tarea fácil, porque si te enfrentas a una ideología del miedo y existe el descontento entre la gente, a menudo resulta fácil ofrecerles un chivo expiatorio.
Pero pensar en términos de chivos expiatorios siempre es algo malo. Debemos pensar en términos de cómo aprender de nuestro pasado y de nuestros errores. Una vez realicé una investigación sobre la excelencia en el liderazgo. El primer factor relevante que destilamos fue el optimismo. Un buen líder tiene que irradiar confianza. Eso permite a las personas creer que también pueden mejorar el estado del mundo, en lugar de encontrar un chivo expiatorio.