Política

Preocupación en la Casa Real por la posible depresión de don Juan Carlos tras su abdicación

    Don Juan Carlos firmando su abdicación. <i>EFE</i>


    Tan sólo ha transcurrido poco más de una semana desde que se consumara su abdicación y don Juan Carlos no acaba de adaptarse a su nueva vida del anterior rey. El que fuera monarca de España durante casi 40 años se encuentra, según fuentes cercanas a la Familia Real, abatido y sin salir de sus estancias del Palacio de la Zarzuela desde que el pasado día 19 de junio fuera coronado su hijo, Felipe VI. Juan Carlos I vuelve a ser Rey de España por un error en el BOE

    En todo este tiempo, el rey 'saliente' se ha sentido triste, sin ganas de conversar y pasando muchas horas en solitario, apuntan las mismas fuentes a Vozpópuli. Desde el propio entorno familiar se habla de una incipiente depresión que, si bien no se considera grave, sí preocupante.

    El paradero de don Juan Carlos, que apenas ha abandonado tampoco la pequeña sala que se le ha habilitado como despacho después de que cediese el suyo a su hijo Felipe, ha sido la pregunta que se han hecho muchos al conocer que su esposa doña Sofía sí viajó a Ginebra la semana pasada para acompañar a su hija en el duro trámite por su imputación a raíz del 'caso Nóos'.

    Esta imputación final de su hija fue un duro golpe para el exmonarca, que además tuvo que conocer la noticia en solitario al estar su hijo Felipe VI en un acto más de su ahora apretadísima agenda y la propia doña Sofía en Suiza, circunstancia que habría afectado enormemente al ánimo de don Juan Carlos.

    Aunque algunas versiones han apuntado la posibilidad de que don Juan Carlos haya emprendido un viaje privado a algún país próximo, finalmente este extremo no ha trascendido y no se tienen noticias de viajes más importantes del rey abdicado después de su maratoniana gira por los países pérsicos que acometió como una forma de salvaguardar el prestigio internacional de la Corona.

    Otro aspecto fundamental en toda esta sucesión de hechos ha sido la salud de don Juan Carlos. Pese a que, tras diversas complicaciones, su rehabilitación tras sus intervenciones en la cadera parecía coger buen tono y el exjefe del Estado lograba caminar con el bastón y aguantar de pie varias horas, lo cierto es que la recuperación no ha sido todo lo positiva que anunció el doctor Cabanelas, como se pudo denotar en los actos de abdicación, en los que se vio al todavía rey con ostensibles dificultades de movilidad. Esta poco favorable evolución también ha supuesto un auténtico "mazazo" para don Juan Carlos, según algunas fuentes.

    La suma de todos los factores anteriores han provocado al exmonarca un estado de depresión y abatimiento que hacen que, por el momento, no se vislumbre la reincorporación próxima de su figura a actos institucionales. De hecho, se barajó la posibilidad de que don Juan Carlos acudiese en agosto a la toma de posesión del presidente de Colombia, pero será finalmente el presidente Mariano Rajoy quien acuda.

    Volcado en su rehabilitación médica, cumpliendo a rajatabla las instrucciones de los doctores, atendiendo llamadas y recibiendo alguna visita ocasional, don Juan Carlos tiene ahora la tarea de recobrar el ánimo y acostumbrarse a un día a día totalmente diferente pendiente aún de temas como cuál será su función institucional durante el reinado de su hijo o qué emolumentos por parte del presupuesto de la Casa Real le corresponden a partir de ahora.