
Este martes Mariano Rajoy pedía perdón en nombre del PP por los casos de corrupción que asolan al partido del que él es presidente, especialmente por la última macrorreda que tuvo lugar el pasado lunes y que acabó con varias detenciones de empresarios y políticos, entre ellos Francisco Granados, exnúmero dos de Esperanza Aguirre. El jefe del Ejecutivo dijo, leyendo, comprender la "indignación y hartazgo" de los ciudadanos
Este miércoles, El Mundo afirma que Rajoy solo pidió perdón tras la presión de los dirigentes del Partido Popular. Barones, algún ministro, secretarios de Estado y cuadros medios transmitieron a Moncloa el desengaño de los ciudadanos por la falta de iniciativa del Gobierno ante la avalancha de casos de corrupción. En este sentido, Monago ha replicado a Rajoy que "no basta con pedir perdón" .
El efecto de la macrorredada y el miedo a la respuesta en las urnas han sido determinantes para forzar un giro en la estrategia comunicativa del presidente. El martes tenía lugar el segundo perdón de Rajoy en la legislatura, el primero fue en el Congreso, a donde acudió para explicar el 'caso Bárcenas'.
Rajoy aprovechaba la primera pregunta de control al Gobierno en el Senado para leer un comunicado sobre los "asuntos de corrupción destapados en los últimos días", el último la macrorredada de corrupción autonómica y municipal conocida como 'Operación Púnica', una trama que, según dijo, parece que responde a la "codicia personal" de las personas implicadas y no a los partidos a los que pertenecen.
Días atrás, Mariano Rajoy había pasado de manera superficial por los casos de corrupción, y desde la intermunicipal del partido, celebrado en Murcia, afirmó saber "que se habían producido algunas cosas que no nos gustaría que se produjeran, pero estamos tomando decisiones y la Justicia está actuando. Dejémosla trabajar", remataba.
Justo después Pedro Sánchez recriminó a Rajoy que echara mano de un comunicado para hablar de la corrupción, como si fuera "una nueva versión del plasma" y, le replicaba que el Senado no es un confesionario para pedir perdón. El PP, después de expresar su "asco y vergüenza" por los casos de corrupción, mostró "alivio" por el perdón expresado por Rajoy.