El lunes, Rafael Spottorno afirmaba sin retórica que el comportamiento de Urdangarin "no parecía ejemplar". Las palabras del jefe de la Casa del Rey eran inusuales en la Zarzuela. Pero el caso Urdangarín estaba tomando una dimensiones insostenibles. Y ni siquiera el comunicado del exjugador de balolmano apartándose de los actos servían de cortafuegos. En muchos foros se preguntan: ¿Quién, de la Familia Real está más molesto con Urdangarín?
Comunicación en tiempos de crisis. Esa ha sido la receta aplicada por el diplomático jefe de la Casa del Rey para aplacar el rosario de informaciones publicadas día sí, día también, en los diferentes medios de comunicación donde todas las pruebas señalan a Iñaki Urdangarin como presunto autor de un conjunto de delitos.
Retirado en Estados Unidos desde que saltó la crisis, la semana pasada, el caso que ya lleva su nombre alumbraba desde los montes de El Pardo un comunicado confuso, vía agencia de noticias, en el que se adelantaba la retirada de de las dos infantas de la agenda de la institución monárquica, medida que por coherencia afectaba obviamente a Urdangarin. El País también hablaba del Plan B.
El desmentido del primer comunicado llegó rápido. La Constitución y sus muros legales determinaban con claridad las competencias de la Familia Real y el número de sus componentes. La misiva, sin embargo, no fue suficiente. La última noticia publicada el viernes -'Incautado un plan de Urdangarín para desviar cinco millones de euros'- hacía subir la temperatura de termómetro cargado de revelaciones de escasa notoriedad para el yerno del Rey.
Desde que saltara la polémica, comentaristas, tertulianos y expertos se preguntaban por las repercusiones del caso Urdangarín en la Corona y en concreto por el enfado que las presuntas andanzas de Iñaki Urdangarin podría haber hecho mella en el seno de la Familia Real.
El enfado de la Casa Real
¿El Rey? ¿El Príncipe? ¿La Infanta Elena? ¿La Reina? ¿Quién de todos los miembros que componen la Familia estaba más preocupado? ¿Estaba reaccionando la Corona?
Desde Zarzuela, el hermetismo presidía todas actuaciones, si bien siempre remarcando la desvinculación de la Casa del Rey con las actividades privadas del esposo de la infanta Cristina. Pero entre bambalinas, las reuniones entre el Rey Don Juan Carlos y el Príncipe de Asturias con Urdangarin trascendían.
De aquellas reuniones -en concreto dos-, apunta hoy vozpopuli.com, queda la indignación del heredero de la Corona, especialmente "beligerante" con su cuñado ante los esfuerzos por evitar que los manejos del Instituto Nóos dañe el prestigio del trono y, la limitada respuesta de éste.
Todo indica, a tenor de lo publicado en varios medios, que sí hubo una reunión en la que se trató de convencer a Urdangarín de la necesidad de emitir un comunicado o bien una comparencia pública restringida y en la que expusiese de motu propio su retirada de las actividades de la Casa Real.
Las acciones, no en vano, fueron infructuosas. De ahí la respuesta de Spottorno al comunicado de Urdangarín del pasado sábado donde tan solo defendió el grave perjuicio causado a su familia y a la Casa de su Majestad el Rey ante la acumulación de informaciones y comentarios aparacidos en los medios de comunicación relativos a mis actuaciones profesionales". Ha sido, pues, el 'desaire' de Urdangarin a las exigencias del príncipe Felipe y del propio Rey para que, "por iniciativa propia", anunciara su desvinculación de la vida oficial de la Corona, lo que ha provocado la drástica decisión teatralizada por Spottorno el lunes 12, rubrica VP.
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El secretario de las infantas cesada