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Una ola de ataques en Irak deja al menos 36 muertos

BAGDAD (Reuters) - Más de 20 bombas estallaron el jueves en ciudades y pueblos de Irak, causando la muerte de al menos 36 personas y dejando más de un centenar de heridos, dijeron fuentes policiales y de hospitales, en una serie de atentados que aumentó los temores de que se desate nuevamente una feroz lucha sectaria en el país.

En Bagdad, tres coches bomba, dos explosivos en la cuneta y un agresor suicida impactaron zonas mayormente chiíes en lo que parecieron ser ataques coordinados, provocando la muerte de 15 personas y dejando 61 heridos, afirmaron las fuentes.

El estallido de otros dos coches bomba y tres artefactos explosivos en las cunetas que apuntaban a la policía y a patrullas militares mataron a ocho personas y dejaron a 26 heridos en la ciudad petrolera de Kirkuk, situada en el norte del país, sostuvieron fuentes de hospitales y policías.

"Yo intentaba detener el tráfico para permitir que pasara una patrulla de la policía. Cuando pasó, un coche bomba estalló y caí al suelo y la policía me llevó al hospital", dijo a Reuters un agente policial herido en la cara y el pecho mientras médicos lo atendían. Rehusó ser identificado.

Las elevadas tensiones entre chiíes, suníes y kurdos en la frágil coalición de Gobierno desde que se retiraron las tropas de Estados Unidos en diciembre han planteado temores de que se repita la lucha sectaria similar a la llevó a Irak al borde de una guerra civil hace unos pocos años.

El país sufre menos violencia que en el clímax del conflicto sectario que se desarrolló del 2006 al 2007, pero los ataques con bombas y las matanzas siguen ocurriendo de manera diaria, frecuentemente dirigidos contra zonas chiíes y fuerzas de seguridad locales.

Kirkuk, hogar de árabes, kurdos, turcomanos y otros, está en el centro de una prolongada disputa entre el gobierno central y la región autónoma kurda, que reclama la ciudad y las ricas reservas petroleras de la región.

La división entre Bagdad y los kurdos empeoró recientemente cuando la autoridad regional de Kurdistán dijo que detendría las exportaciones de petróleo debido a que el Gobierno central no ha pagado a las firmas petroleras que operan en el norte.

El Gobierno del primer ministro Nuri al Maliki está ansioso por mostrar que puede mantener la estabilidad y seguridad en el país y atraer inversiones tras la retirada de las tropas estadounidenses.

Bagdad organizó la cumbre de la Liga Arabe el mes pasado, la primera en 20 años, y el evento se desarrolló con relativa calma en medio de fuertes medidas de seguridad.

ATAQUE A CONVOY DE MINISTERIO

La mayor ataque de los ataques en Bagdad se produjo en el distrito Amil, en el suroeste de la ciudad, donde el estallido de un coche bomba que tenía como blanco a trabajadores diurnos dejó cinco muertos y 24 heridos, dijeron fuentes.

Además, un coche bomba dirigido a una caravana del Ministerio de Salud estalló en el distrito central de Haifa, causando la muerte a dos civiles y dejando heridos a al menos cuatro guardias del ministerio, señaló una fuente policial.

Coches bomba y explosivos en caminos detonaron también en los distritos de Kadhimiya, Calle Palestina y Zaafaraniya de Bagdad.

Una crisis política estalló en Irak en diciembre, cuando el Gobierno encabezado por chiíes intentó retirar al viceprimer ministro suní Saleh al Mutlaq y buscó conseguir una orden de arresto contra el vicepresidente suní Tarek al Hashemi bajo acusaciones de que dirigió escuadrones de la muerte.

Críticos de Maliki consideraron las medidas contra los dos políticos suníes como un intento del primer ministro chií por consolidar su poder, y muchos suníes temen que esté intentando dejarlos fuera del Gobierno.

Maliki ha dicho que los cargos contra Hashemi fueron presentados por el sistema judicial y sus partidarios dicen que está siguiendo normas democráticas y no está abusando de ellas.

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