Opinión

Rick Bacon: Pagar más por tener agua: una medida impopular, pero necesaria

¿Es cara el agua en España?, ¿somos conscientes de lo que realmente cuesta llevar a casa el agua apta para el consumo? Las respuestas, sin duda, serán diferentes según quién sea la persona o entidad que tenga que contestar a estas preguntas.

Si se lo preguntamos a un ciudadano de a pie, casi seguro que dirá que el precio es correcto, sobre todo teniendo en cuenta el contexto actual de crisis económica.

Sin embargo, es sabido por todos que España es uno de los países del mundo donde el agua es más barata. El precio medio del agua en España es de 1,7 euros el metro cúbico, una cifra bastante inferior a la de otros países europeos, donde los ciudadanos pagan mucho más dinero por consumir este bien escaso.

Hay ciudades que tienen unos precios muy superiores al que pagamos los españoles, como es el caso de Copenhague (6,8 euros el metro cúbico), Berlín (5,05), Glasgow (5), Frankfurt (4,28) o Zúrich (4,18). Y lo más curioso de todo es que se trata de poblaciones de países en los que el agua no es ningún problema gracias a sus abundantes lluvias.

Aunque sea una medida impopular, el precio del agua debe incrementarse por dos razones claras: para garantizar inversiones y servicios eficientes y para que la gente no despilfarre este bien tan escaso.

En primer lugar, si la Administración obtiene más ingresos a través del incremento del precio del agua, se podrá invertir más dinero en investigación y en la mejora de las infraestructuras y los servicios.

Sequía y exportaciones

De esta manera, en un país como el nuestro, con problemas para conseguir agua, estos precios más elevados ayudarán a financiar inversiones necesarias para solucionar la sequía. Además, teniendo en cuenta los recortes anunciados por el Gobierno en el gasto público, la subida del precio del agua ofrecerá una solución a la Administración para financiar parte de estas inversiones.

El hecho de tener más dinero, por otra parte, estimulará la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías, tal como ya pasa en otros sectores como el ferroviario. Actualmente, Estados Unidos quiere copiar infraestructuras nuestras como la red de alta velocidad española, porque considera que son modélicas. ¿Por qué no puede pasar lo mismo con temas relacionados con el agua, teniendo en cuenta la gran formación de nuestros técnicos?

España podría ser líder mundial también en este sector y, aprovechando el importante trabajo que llevan a cabo muchas empresas constructoras fuera del país, se podría exportar nuestra tecnología a mercados que están creciendo de manera muy rápida, como los de Oriente Próximo, China o India. Precisamente en estos países las compañías ya están desarrollando proyectos muy exitosos, aunque desgraciadamente en pocos casos utilizan tecnología española.

Evitar el derroche

Por otra parte, y en segundo lugar, el precio del agua debe incrementarse para concienciar a la gente sobre este bien tan escaso. Aunque a través de campañas informativas se intenta constantemente que la ciudadanía no malgaste agua, muchas personas siguen utilizando mucha más de la que realmente necesitan, sobre todo por la facilidad con la que la obtenemos, con sólo abrir un grifo, y por su bajo precio. Es por esto que si se sube la tarifa de este recurso, quizás ayudaremos a cambiar esta actitud derrochadora. Que este año los embalses estén al 80% de su capacidad (un 20% más que el año pasado), ¡no nos puede hacer olvidar el problema!

Rick Bacon, director general de Severn Trent Services-Apliclor.

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