César Vidal: From Dixie (IV): Noruega y la quiebra

Una de las preocupaciones que obsesionan a los economistas es la posibilidad de una quiebra soberana. Algunos -los menos- insisten en que EEUU y parte de la UE se hallan ya en una situación de quiebra técnica. Otros subrayan que la quiebra sólo existe como posibilidad sobre el papel, aunque sí es cierto que podría llegar a convertirse en una realidad trágica a menos que se reduzca el gasto público, se acabe con el déficit y se aborden reformas drásticas e impopulares como la reducción de las pensiones o el retraso de la edad de jubilación.

Uno de ellos -personaje prestigioso que asesora a presidentes- me decía que la única medida realista para el problema de las pensiones sería que "la gente se jubilase a los ochenta y siete años". El panorama no es alentador.

¿Existe una excepción a ese circo de la quiebra general en el que España tiene una de las sillas de pista? Son varios los economistas que me dicen que sólo hay una: Noruega. A diferencia de otras naciones avanzadas, este país protestante y nórdico ha sabido administrar sus cuentas con prudencia. Sus recursos han ido no tanto a mantener clientelas como a asegurar un futuro de sosiego para pensionistas, jubilados y dependientes.

Desde luego, su quiebra no aparece en ninguna previsión. A contrario sensu, el dinero gastado en España -y EEUU- durante los últimos meses no sólo no ha conseguido arreglar ningún problema sino que los ha agudizado. La verdad es que no deja de resultar paradójico que sea aquí, con un océano de por medio, donde se aprecie el valor del ejemplo noruego.

Pero tampoco creamos en la existencia de paraísos en este mundo. Si Dios no lo remedia, Noruega padecerá también ese plan Bolonia que amenaza con convertir todas las universidades europeas en una copia de la patética calamidad universitaria que padecemos en España y ya se sabe: una nación rica sin buena educación es una nación pobre en una generación.

César Vidal, historiador y director del programa La Noche de Es.Radio.