El Consejo de Administración de Caja Madrid pospuso la salida de Realia a bolsa, como ha informado elEconomista. Su presidente, Miguel Blesa, presentó un documento de más de una docena de folios en los que justificaba el retraso por la entrada en vigor de una normativa del mercado de valores en 2007, que favorece fiscalmente a la inmobiliaria. El nuevo calendario se aprobó sin oposición. Pero ésta es sólo la versión oficial del asunto. Detrás subyace el establecimiento de una compensación para la caja madrileña por ceder el control de Realia a FCC, como denunció este periódico. Blesa cambió el calendario ante la presión de varios consejeros de su partido, que le hicieron ver la realidad. No es la primer vez que ocurre. En la opa de Gas Natural sobre Endesa, fueron también sus asesores quienes provocaron que renunciara al pacto propuesto por La Caixa.Desde que elEconomista comenzó a publicar esta historia, su presidente nos acusó primero de hacerlo por falta de apoyo publicitario, y, cuando se comprobó que no era así, de una manía persecutoria personal. Ahora se ve que todo era una patraña suya. De sabios es rectificar. El presidente de Caja Madrid tendrá nuestro apoyo cuando haga las cosas bien. Pero dejar de ingresar entre 250 y 700 millones de euros -la estimación de la prima por el control de Realia- en Caja Madrid no es de recibo. Y menos siendo Blesa consejero de FCC. La dueña de esta constructora, Esther Koplowitz, ha dicho, al parecer, a algunos directivos que piensa nombrarlo presidente del grupo. Eso sí, en funciones no ejecutivas para no enfadar al actual número uno, Rafael Montes. Esther Koplowitz es de naturaleza muy generosa. Blesa la ha ayudado desde Caja Madrid en momentos delicados, como en la separación de su hermana Alicia, o en la ruptura con Vivendi. Enhorabuena si es así. Ahora Blesa debería cuidar sus pasos para que no parezca lo que no es. Así dormirá más tranquilo.