La inestabilidad que provocan los escándalos políticos se dejó sentir en la subasta de bonos. Por primera vez en el año se encareció la financiación y se rompió la tendencia a la baja en el interés que se paga por la deuda. Era lógico, debido al repunte de la prima de riesgo, que parece haberse estabilizado en el entorno de los 380 puntos. No hay que olvidar que el viernes pasado el diferencial con el bono alemán estaba en 351 puntos. Aun así, sigue habiendo avidez por las emisiones del Tesoro y, a pesar de la subida de tipos, la subasta se cubrió sobradamente. Un apetito que puede esfumarse si prosigue la incertidumbre. Rajoy debe escuchar el clamor para que tome medidas contra la corrupción y empiece por destituir a Ana Mato.