El último episodio en la lucha por el control de Endesa, la opa de Enel-Acciona, se materializó el pasado miércoles. El tándem italo-español presentaba el folleto de su opa a 41,3 euros por acción. Así, la primera eléctrica española queda valorada en 43.726 millones de euros, 1.376 millones más de los que preveía desembolsar la alemana E.ON. En este escenario, el Consejo de Administración de Endesa ha optado, de momento, por la cautela: aplazar cualquier decisión hasta disponer de toda la información antes de pronunciarse. De esta manera, Manuel Pizarro, presidente de Endesa, resta vehemencia a su intención de emprender acciones legales contra Enel y Acciona por ocultar información al mercado y concertación. Desde que Gas Natural lanzara la primera oferta sobre la eléctrica, Pizarro ha insistido en su deseo de defender a los accionistas minoritarios. Los sucesivos giros que ha ido dando la operación han otorgado la razón al presidente de Endesa, que ha visto como los títulos de Endesa se revalorizaban, desde los 21,3 iniciales hasta los 41,3 actuales, favoreciendo notablemente a los pequeños accionistas. Ahora, el Consejo de la española, con su decisión de no bloquear nuevamente la operación, se vuelve a decantar, acertadamente, por cerrar filas en defensa de los minoritarios. Y, pese a que resultaría legítimo que el Consejo -como máximo órgano gestor- decidiera presentar batalla judicial si estima que han podido cometerse irregularidades, si no llega una oferta de mayor valor, el precio ofrecido por Enel y Acciona es el mejor y el único posible. Una vez que la Comisión Nacional del Mercado de Valores, con sus errores, ha dañado al mercado, Endesa ha hecho lo que debía.