Precisamente el día que conocemos el resultado del concurso para implantar el Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE) -estructura que controla nuestras costas- en el Este de Canarias y Huelva, se detienen a 164 inmigrantes que habían desembarcado en la isla canaria de El Hierro. Ningún dispositivo lo había detectado. Es probable que esto mejore en algo cuando el grupo de tecnología y defensa Indra, adjudicataria del concurso, implante dicho sistema en estas costas. La empresa española ya está presente en Almería y esta última noticia confirma su buena trayectoria. Con esto, quedan cubiertas las zonas más problemáticas de la Península y las islas. El tiempo dirá si es necesario aplicar esta tecnología en otros lugares, ya que las mafias que transportan a los inmigrantes modifican sus destinos conforme se levantan barreras a sus operaciones. Pero la concesión llega tarde. Indra tardará más de un año en ponerlo en funcionamiento, de modo que no se podrán observar sus efectos en verano, cuando el tráfico sea mayor. Indra y Amper, las dos compañías que producen los sistemas de vigilancia fronterizos en España, han sabido rentabilizar la circunstancia de la peninsularidad para especializarse en una tecnología que puede ver una gran expansión, dada la importancia otorgada a los controles migratorios. Amper ya se está extendiendo por la Europa del Este. Y los flujos migratorios sólo pueden ir en aumento en todo el mundo. Pero, sobre todo, los éxitos que la tecnología española está cosechando dentro y fuera de nuestras fronteras suponen un bocanada de aire para nuestra competitividad. Resulta reconfortante ver como España produce tecnología de vanguardia.