Motor
Manías que tienen muchos conductores: estos malos hábitos al pisar el embrague pueden provocar una avería grave en el coche
- En el peor de los casos un mal uso de este pedal puede provocar fallos en el motor
- Este gesto al aparcar puede parecer inofensivo, pero daña el sistema de frenado: el error que cometen muchos conductores sin darse cuenta
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Daniel Ceped
Cuidar el coche es mucho más que echarle gasolina, evitar accidentes y pasar la ITV. Para alargar la vida útil de un vehículo, es necesario revisarlo con cierta frecuencia, realizar un buen mantenimiento y, sobre todo, circular de forma segura y eficiente. Y es que, de forma inconsciente, muchos conductores cometen errores al volante que desgastan rápidamente algunas piezas más importantes del sistema.
En este sentido, una de las claves es saber utilizar bien el embrague. El juego de pies para acelerar, frenar y cambiar de marcha es una de las primeras cosas que se aprende a la hora de sentarse al volante. Sin embargo, un problema frecuente en algunos conductores es que adquieren ciertas manías al utilizar el pedal del embrague, y creen que lo hacen correctamente cuando en realidad están dañando la salud del vehículo.
Malas costumbres con el embrague
Aunque a priori el coche sigue funcionando sin problema, el sistema se va desgastando poco a poco hasta que se resiente por completo. Por eso, el RACE recuerda cuales son las manías más habituales que pueden provocar una avería en el embrague. La primera de ellas es conducir con el pie en el embrague, ya que al mínimo apoyo el disco de embrague se separa del motor. Es decir, aunque parece que no estamos presionando el pedal, es mejor utilizar el reposapiés para no provocar que el sistema trabaje innecesariamente y se desgaste.
Otro mal hábito muy frecuente es ir marcha atrás a medio embrague. Normalmente, cuando se circula en retroceso la velocidad es muy reducida. Por eso, hay quienes no llegan a pisar el acelerador y solo utilizan el embrague para que el coche se mueva poco a poco y no se descontrole. El problema es que eso hace que el sistema se desgaste más rápidamente al crear fricción entre el disco y el volante de inercia.
El tercero de los errores que cometen algunos conductores es soltar directamente el embrague tras meter una marcha. Al final, el vehículo se debilita si hay movimientos bruscos, y soltar el pedal demasiado rápido provoca tirones que desgastan el embrague. Además, es peligroso para la seguridad vial porque, en ocasiones, se pierde el control del coche.
Fallos en el embrague
Cuando el embrague está demasiado desgastado, comienza a presentar síntomas como que el vehículo arranca de forma muy brusca, que el motor acelera pero el coche no se mueve, o que el sistema hace demasiado ruido. Si eso ocurre, es probable que el daño se traslade al motor y la caja de caminos. Además, en los peores casos, puede suceder que se pierda el control del vehículo o que se quede completamente inmovilizado.