Bolsa, mercados y cotizaciones

La ampliación mejora el riesgo de Santander, ya menor que el de BBVA

La ampliación de capital que Santander anunció el lunes 10 de noviembre ha caído como un jarro de agua fría sobre su cotización. Desde entonces, el banco ha perdido un tercio de su capitalización. Pero en los mercados de deuda, la historia es bien distinta. Los credit default swaps -CDS, seguros sobre el crédito- de la entidad han agradecido la operación y, por primera vez desde la quiebra de Lehman Brothers y el rescate de AIG, han situado su precio por debajo de los de BBVA.

El objetivo de Santander (SAN.MC) cuando lanzó la ampliación era el de mejorar sus ratios de capital. Pero, en un momento en el que el mercado está más sensible que nunca a esas cifras, ese maquillaje conlleva beneficiosos efectos secundarios.

En los primeros días, los CDS sobre su deuda senior -también los de la subordinada, el tipo de emisiones más habitual en el banco que preside Emilio Botín- cayeron con más fuerza que la de sus principales competidores europeos. En especial, mejoraron considerablemente respecto a entidades como ING y Commerzbank, que habían obtenido cierta ventaja gracias a las intervenciones de los gobiernos de Holanda y Alemania, que han inyectado recientemente dinero en su estructura de capital.

Ahora, y a pesar de que la delicada situación de Citigroup ha resucitado viejos temores respecto al sector, Santander puede presumir de que sólo tres de los principales bancos europeos se pagan más baratos en el mercado de los CDS. Incluso, los seguros sobre su deuda son desde la semana pasada más baratos que los de BBVA (BBVA.MC), a pesar de que el 7 de noviembre, el viernes anterior al anuncio de la ampliación, la diferencia era de más de 11 puntos básicos -100 puntos básicos corresponden a un punto porcentual-.

La mejora en la situación relativa de los CDS de Santander respecto al resto del sector tiene dos ventajas claras para la entidad. La primera, que sus emisiones de bonos serán más atractivas para unos inversores que, en los últimos meses, han demostrado una total aversión al peligro. Cuanto más bajo es el precio de un credit default swap, menor es el perfil de riesgo que el mercado percibe en una compañía. Y, además, menor es también el spread -el diferencial de rendimiento que se pide a un emisor respecto a la deuda pública de su país- que tendrá que pagar Santander cuando lance nueva deuda. Este último punto es especialmente importante si se tiene en cuenta que en 2009 vencen alrededor de 20.000 millones de euros de deuda emitida por Santander.

Un analista de un banco de la zona euro explica que el banco es "de largo el más activo en el mercado de emisiones de deuda en España", y apunta que en 2008, el rendimiento de esos bonos ha sido de euribor más 0,8 puntos porcentuales en el caso de la deuda subordinada. "Es un buen precio, porque el mercado ha discriminado bastante bien el riesgo de cada banco, y el de Santander siempre ha sido relativamente bajo", asegura, pero matiza que "tras la ampliación lo más probable es que ese diferencial pueda ser menor".

Eso sí, que nadie espere una recuperación milagrosa de la cotización : "La ampliación reduce el miedo en cuanto a la solvencia, pero dispara otros temores", afirma.

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