
Como CaixaBank, que el jueves aprovechó para emitir 1.000 millones de euros en CoCos (bonos convertibles contingentes), otras entidades se han servido de la tranquilidad que impera en el mercado de deuda para financiarse a través de él. Al calor de Basilea III, que obliga al sector a reforzar su capital, la banca española ha emitido este año más de 25.000 millones de euros en distintos tipos de deuda, según Bloomberg, lo que viene a ser uno de cada tres euros de todos los bonos lanzados en 2017.
Si a la necesidad se une una favorable coyuntura, como la ventana de liquidez que aún ofrece el mercado, donde el coste de financiación continúa bajo, el resultado es que un año más el sector financiero se sitúa a la cabeza del ranking de emisores. Solo el Estado ha lanzado un volumen similar (24.700 millones de euros en lo que va de año).
De todas, la entidad más activa es Banco Santander. Con un total de 30 emisiones, el banco cántabro ha captado más de 9.400 millones de euros en 2017. Como CaixaBank, éste también colocó 750 millones de euros en CoCos el pasado mes de abril con el objetivo de reforzar su solvencia. También lo han hecho este año Sabadell y BBVA.
Tras el grupo que preside Ana Botín, BBVA y Sabadell son las siguientes que más dinero han captado en emisiones: la primera más de 4.600 millones y la segunda, más de 2.500 millones (ver gráfico). "Esperamos bastante volumen de emisión por parte de los bancos porque Basilea III obliga a reforzar su capital", explicó María Morales, gestora de renta fija de GVC Gaesco, con motivo del Foro Med Cap. "Los tipos tan bajos siguen siendo buenos para emitir y vamos a seguir viendo emisiones en el primario", añadió.
Con la deuda colocada por los bancos, el volumen total de emisiones alcanza este año los 68.500 millones de euros, un 37% más que en el mismo periodo del año anterior. A pesar del repunte que se ha producido en las rentabilidades de la deuda, la del bono español a 10 años se sitúa ahora en el 1,5% frente al 1,9% que llegó a tocar este año, cuando se empezó a descontar que las políticas de Donald Trump acelerarían la llegada de la inflación.