Arcelor pagará más dinero a sus accionistas para hacer frente a la oferta de Mittal.
"Nuestra mejor defensa son nuestros resultados y mostrar todo lo eficientes y rentables que somos". Estas palabras las pronunció el pasado 16 de febrero Guy Dollé, el consejero delegado de Arcelor, en el transcurso de la presentación de los resultados de 2005. Con ellas buscó un objetivo claro: defenderse de la oferta de compra (opa) que ha lanzado Mittal sobre Arcelor.
Sin embargo, los directivos de la compañía no las deben tener todas consigo. Si el propio Dollé ya aprovechó aquella cita para anunciar que Arcelor incrementaba su dividendo de 0,65 a 1,2 euros por acción, la compañía acaba de dar una nueva vuelta de tuerca a su estrategia. Ayer comunicó que finalmente va a repartir entre sus accionistas 1,85 euros, un 184,6 por ciento más que en 2005. Este aumento es muy superior al 66 por ciento que crecieron los beneficios el año pasado. "Esta modificación refleja la confianza que Arcelor tiene en sus resultados", aseguró la compañía en el texto remitido a la CNMV, el órgano supervisor de las bolsas españolas (ver pág. 8). Dicho escrito no recogía ni una sola referencia a Mittal, pero como reconocía un operador "tampoco era necesario que lo hiciera, porque su propósito de defenderse ante esa opa es evidente".
Balas en la recámara
Con esta decisión, Arcelor vuelve a poner en primera línea de combate a los dividendos como instrumentos de defensa ante la llegada de opas hostiles. También lo hizo Endesa, con la aprobación en febrero de un dividendo de 2,1 euros que abonará en julio, para hacer un guiño a sus accionistas con el que plantar batalla a la propuesta de compra de Gas Natural. Y en el mercado existe la sensación de que la británica BAA podría recurrir a la misma maniobra para atrincherarse ante la oferta de Ferrovial de 8,1 libras por acción.
Parapetándose en la máxima de que la mejor defensa es un buen ataque, Endesa y Arcelor han incrementado los dividendos tras haber logrado los mejores beneficios de su historia en 2005. En el caso de Arcelor, 3.846 millones de euros; y en el de Endesa, 3.182 millones de euros. Es decir, han pasado al ataque en "tiempos de abundancia", una de las recetas recomendadas por Sun Tzu en su célebre obra El arte de la guerra.
Pero, ¿qué es lo que se persigue en última instancia al aumentar el dividendo? En primer lugar, el favor de sus actuales propietarios.
Otro efecto consiste en restar atractivo a la opa presentada. Lo normal es que, ante el anuncio de un pago de dividendo muy superior al previsto, el mercado reaccione comprando acciones de esa compañía. Si esto ocurre, los títulos valdrán más, por lo que la propuesta perderá brillo.
Y hay más, porque ese dividendo encarece la operación para la empresa opante. Por dos motivos: porque si mejora la propuesta para recuperar atractivo, desembolsará más dinero del previsto inicialmente; y porque aunque no la mejore, ya estará pagando más, puesto que las acciones valdrán menos tras el abono de ese dividendo. Salvo que se rebaje la oferta por ese motivo, algo que suele ocurrir.