Santander, 21 jun (EFECOM).- El presidente del BBVA, Francisco González, pidió hoy que se equiparen las regulaciones financieras de los diferentes países para acabar con la situación actual, en la que cada regulador doméstico insiste en implantar sus propias normas mientras las empresas tienden a internacionalizarse.
En un curso sobre los retos de la banca, organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander, González criticó que cada regulador tienda a "retener" su normativa y a "controlar" a sus compañías, cuando el mundo empresarial lleva otra dirección.
González pidió una "regulación más global" para acabar con esta "asimetría" entre las necesidades de las entidades globales y los reguladores domésticos, al igual que el pasado sábado hiciera el presidente del Grupo Santander, Emilio Botín, quien pidió una mayor coordinación de los reguladores a nivel internacional.
En su intervención, el presidente del BBVA también insistió hoy en que el plan de futuro de la entidad está centrado en crecer de forma orgánica, pero también incluye nuevas adquisiciones, siempre que cumplan la máxima transparencia, encajen en la estrategia del grupo y creen valor para el accionista.
Junto a España, México y América del Sur, el grupo tiene en el punto de mira a Europa, "donde creemos que va a haber una nueva ola de consolidación trasnacional y donde tarde o temprano habrá buenas oportunidades", y en Estados Unidos, "donde contamos con una poderosa palanca para crecer y estamos en disposición de tener más presencia de la que preveíamos hace dos años".
Además, el grupo mira a medio y largo plazo a Asia, donde "algo va a pasar, porque estamos trabajando en varias cosas". De momento, González anunció que tiene previsto abrir oficinas en India, Corea, Australia y Taiwán, y apostilló que, bien sea por acuerdos o por empezar de cero, también entrarán en varios segmentos de negocio minorista, como hipotecas o tarjetas.
En todo caso, precisó que es un plan a muy largo plazo (entre cinco y quince años) y concluyó que "el que pretenda tener una gran presencia allí en dos o cinco años se equivoca". EFECOM
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