Warren Buffett sigue con su plan de sucesión al frente de Berkshire Hathaway. Y lo hace con una sorpresa, ya que ha decidido que Todd Combs, de 39 años, un pequeño gestor de fondos con experiencia en el mundo de los seguros, para que dirija una "porción significantiva" de la cartera de inversiones de su compañía.
Combs se convertirá así en gestión de inversiones de la compañía, según ha anunciado Berkshire en un comunicado. Comps hasta ahora gestionaba unos 400 millones de dólares en acciones del sector financiero en Castle Point Capital.
De esta forma, este gestor se convierte en el primero de la lista para sustituir a Buffett como CIO (chief investment officer, jefe de inversiones) cuando se retire de Berkshire. La compañía fundada por Buffett maneja actualmente inversiones por valor de unos 100.000 millones de dólares.
La sucesión de Buffett es más compleja. El Oráculo de Omaha ha dicho que probablemente divida sus actuales funciones en dos: un CEO (consejero delegado) para Berkshire Hathaway y un CIO, encargado de supervisar las inversiones, aunque podría haber más gente que se dedicara a esto. Buffett también ha asegurado que no tiene planes de retirarse pronto, a pesar de haber cumplido 80 años.
En una entrevista, Buffett explicó que Combs "no se va a hacer cargo de todas las inversiones mientras yo esté por aquí". "yo tengo esta posición dual como CEO y CIO y seguirá siendo así".
Para el puesto de CEO, Berhshire ha identificado a varias candidatos, y aunque no ha nombrado a nadie oficialmente, el principal parece David Sokol, nativo también de Omaha y que es presidente de MidAmerican Energy Holdings, que está controlada por Berkshire, y también es consejero delegado de NetJets, que vende participaciones en jets privados.
El vicepresidente y socio de Buffett durante muchos años, Charlie Munger, aseguró en julio a The Wall Street Journal que el gestor de hedge funds Li Lu, que ayudó a Berkshire a expandirse por China, podría ser uno de los candidatos a gestionar las inversiores de Berkshire cuando Warren no esté.
La última jugada maestra de Buffett
