
Repsol, en pleno año de pandemia, ha presentado un plan estratégico con el que pretende iniciar la transición de la compañía hacia el objetivo de alcanzar el reto de cero emisiones de carbono para el año 2050. La compañía invertirá el 30% de los 18.300 millones que ha comprometido hasta 2025 en negocios bajos en carbono. Para ello utilizará parte del retorno del 15% que le genera el petróleo. Las métricas de la compañía ya son pre-Covid y podría adelantar el programa de recompra de acciones.
La firma acaba de presentar su nuevo marco de financiación sostenible, emitiendo dos bonos ligados a objetivos cuantificables y prepara la salida a bolsa del negocio de renovables, para el que los analistas han lanzado cifras de valoración de entre 3.000 y 5.000 millones de euros. Antonio Lorenzo, director financiero de la compañía, da detalles de cómo se está desarrollando este arranque en la nueva hoja de ruta de la petrolera.
El plan de Repsol se sustenta en tres 'R': resistencia en 2020, recuperación y reinvención de la compañía. ¿Qué elemento diferencial les da su plan estratégico frente al resto de petroleras?
Yo añadiría dos C que también representan nuestros fundamentales: una empresa confiable para los accionistas y cumplidora de los compromisos que nos marcamos. En junio de 2018, actualizamos la estrategia porque habíamos superado los objetivos del plan 2016-2020, y en diciembre de 2019 fuimos la primera empresa del sector en manifestar la intención de ser una petrolera neutra en emisiones de carbono para 2050.
En 2020, con un entorno absolutamente desafiante, conseguimos navegar y cumplir los compromisos y fuimos la primera compañía del sector, si no la única, que redujimos la deuda, en más de 1.000 millones de euros.
También es diferencial que, cuando se habla de generación baja en carbono, la gente piensa en solar y renovables, pero nosotros también tenemos una inversión de alrededor de 1.000 millones en producción de eco combustibles, hidrógeno, combustibles sintéticos... los productos que entendemos que la sociedad nos va a demandar en el futuro. Además, hay otros 400 millones en la parte de cliente para recarga eléctrica, comercialización de electricidad... etc.
¿El mercado ha entendido su transparencia?
El mercado está preocupado por la estandarización. Estamos en un sector en el que cada compañía de acuerdo con su estrategia ha definido el indicador que ha considerado mejor para medir su camino en sostenibilidad. Cuando nosotros hablamos con los inversores generamos buenas sensaciones por cómo hemos compuesto nuestro indicador de intensidad energética.
Pero esa falta de estandarización provoca nervios y al final el inversor necesita cosas para poder hacer un ránking de compañías. Creo que eso es algo muy complicado ahora.
El otro factor que creo que genera cierta preocupación en el mercado con nuestro sector es el que tiene que ver con el retorno. Nosotros venimos de un negocio de alto riesgo y alto retorno en el caso de éxito, cuando la exploración acababa en producción, y estamos entrando en un negocio de retorno más bajo, como son las renovables.
El retorno sobre el capital invertido es del 15% en su negocio petrolero. ¿Cuánto será el de las renovables?
Para nosotros un negocio rentable tiene que ser de doble dígito del capital invertido. De media, hoy los proyectos que entran en operación están entre el 8% y el 9%, que estamos complementando con financiación y lo que llamamos rotación de portafolio, que es, cuando el proyecto ya está libre de riesgo.
Se habla entonces con un inversor que tiene menos coste de capital que nosotros, por entrar en un proyecto ya sin riesgo de ejecución y proyección, y nos permite obtener una plusvalía que nos mejora el retorno de capital.
En cuanto al petróleo, aún no se ha producido una normalización del consumo previo al Covid. ¿Para cuándo la esperan?
Cuando sacamos el plan estratégico quisimos ser muy prudentes con el escenario de precios. Pusimos 50 dólares el barril. Tengo un plan estratégico lleno de ambiciones que me permite acabar en 2025 con esos proyectos completados, y con el mismo nivel de deuda (25% sobre el capital con un límite máximo del 30%).
Ahora nos encontramos un escenario de precios mejor de lo previsto que nos está permitiendo generar más caja de la prevista, fundamentalmente anclado en la mejora de precio de materias primas, tanto crudo como gas.
¿Qué probabilidad dan a que el petróleo no alcance esos 50 dólares?
Para nosotros 50 dólares es un escenario de precios muy prudente, porque por debajo de 50 dólares nos cuesta ver un juego razonable de oferta y demanda. En 2020, en el peor de los escenarios para los productores, el petróleo se movió en 41,8 dólares de media.
Si no se alcanzasen esos 50 dólares, hasta el entorno de los 42 dólares podremos cumplir todos los objetivos. Por debajo de ese precio tocaría aplicar la fortaleza financiera, y donde hoy hay un apalancamiento financiero en torno al 25%, quizá tendríamos que incrementarlo temporalmente hasta el 30%.
Con el dividendo comprometido y la recompra de acciones incluida, a precios de mercado la retribución de Repsol supera el 10% para 2025 (1 euro por acción -0,75 céntimos en metálico-). ¿Qué no está entendiendo el mercado?
Nosotros hemos presentado en nuestro plan estratégico una remuneración al accionista muy clara, condicionada a esos 50 dólares el barril, y pretendiendo, como siempre hemos hecho, una retribución competitiva y atractiva en términos relativos frente a nuestros competidores y empresas del Ibex.
Esta cuenta que planteáis es interesante y es verdad. Si yo entrego lo que me he comprometido en el plan en 2025, no tiene ningún sentido que el precio sean 10 euros. No sé cuánto será, pero tiene que ser más. También hay que tener en cuenta que la acción está en el entorno de 10 euros pero los analistas la valoran en 12 euros. Si nosotros cumplimos el plan, el precio de la acción no pueden ser 10 euros. Las métricas no tendrían sentido.
¿Cómo van a ejecutar la recompra de acciones?
Las acciones salen de dos fuentes: un programa público de recompra que presentaremos ante la CNMV y autocartera. Se comprarán 50 millones de acciones al año de 2022 a 2025, una vez se demuestre que el crudo se ha movido en 50 dólares por barril. El nuevo escenario creo que nos va a generar una duda en próximos meses. Si llego en 60/70 dólares el barril en 2021 y esto se mantiene, es posible que adelantemos el compromiso temporalmente. Creo que habrá que ponerlo encima de la mesa. A lo mejor se puede adelantar unos meses.
La financiación sostenible es ya una realidad en Repsol. ¿Qué posibilidad hay de incumplimiento de las condiciones que se han marcado en el bono y cuánto han abaratado el coste de financiación?
Hemos emitido dos bonos, a 8 y 12 años, a un coste del 0,5% y 1%, en condiciones muy competitivas. La ventaja diferencial de esta etiqueta verde, sinceramente, hoy es difícil de cuantificar. El mercado habla de 3, 5 o 7 puntos básicos, pero no hay matemática o ciencia detrás de ese número. Cuando emites te mides contra el precio de tu deuda anterior en el mercado. A partir de ahí tienes que adicionar la prima de nueva emisión, ese efecto de greenium, de la emisión verde, y te encuentras con números difícilmente diferenciables. La ventaja de emitir verde hoy es poco significativa. Sobre el riesgo de incumplimiento, para nosotros es más bien lo contrario: vemos confianza.
¿A qué se refiere?
Yo no emitiría un bono sostenible si tengo dudas de que no voy a cumplir. Porque, primero, este nuevo marco me da poca ventaja de coste, pero sí me está dando acceso a un nuevo mercado de inversor en deuda. Cada vez más hay interesados en invertir con criterio ESG. Son inversores conocidos por nosotros y fundamentales. Si lanzo un bono sin confianza de que voy a cumplir el compromiso, estoy yendo contra mi esencia, mis fundamentales, mi accionista que invierte con criterios ESG, que es el 34% del institucional en nuestro accionariado y era el 16% en 2014. Sería inimaginable.
¿Esperan que les lleguen fondos de 'Next Generation' europeo? ¿Cuánto, cuándo y para qué proyectos?
En el plan estratégico tenemos una serie de proyectos y sin duda muchos de ellos están alineados con los fondos Next Generation. Nosotros, yo diría, como empresa referencia del sector en España, deberíamos contribuir o alinearnos con el gobierno para impulsar y sacar el máximo rédito a esos fondos y que se distribuyan en España.
Hemos presentado 31 proyectos con inversión de 6.300 millones de euros, proyectos que ya estaban en algún momento de nuestra estrategia, que nosotros aceleraremos si tenemos esos fondos, pero nosotros los 31 proyectos combinan cosas básicas de nuestra estrategia: tecnología, descarbonización, economía circular, generación de empleo y equilibrio territorial.
"Un dólar en el crudo supone 60 millones"
El negocio de Repsol sigue siendo el del petróleo y, como es lógico, los resultados de la empresa tienen una sensibilidad importante a los cambios de precio en la materia prima. "Un cambio de un dólar en el precio del barril para nosotros supone 60 millones de euros de resultado operativo", explica Antonio Lorenzo, y entra al detalle sobre cómo se equilibran las cuentas del negocio de la firma entre el precio del petróleo y el negocio del refino. "La primera regla fundamental de la empresa: si me falla 1 dólar el margen de refino, necesito 4 ó 5 dólares más de crudo para mantener el nivel de resultados", añade.
Con el crudo por encima de los 50 dólares que tiene marcados la compañía para la retribución y el desarrollo de su plan estratégico, Lorenzo ha llevado a cabo en la última presentación de resultados una revisión del beneficio bruto previsto, y explica cómo han cambiado las cuentas.
"El ebitda iba a ser de 5.300 millones, y en mayo hemos anunciado que prevemos un barril 10 dólares por encima de lo estimado, y serán 5.800 millones de euros de ebitda finalmente para este año. 10 dólares más caro el barril supone 600 millones de euros más, por lo que me iría a 5.900 millones de euros de ebitda. A eso le restamos unos 400 millones porque el margen de refino se ha reducido y por cada punto afecta en 250 millones", explica, y añade cómo también habría que incluir el impacto del negocio químico, que está "en máximos históricos".
Otro de los factores que afecta a los resultados de la firma es la cotización del dólar: "La magnitud del tipo de cambio es la más arriesgada de tocar, y supone que, aproximadamente, una variación del 10% del tipo de cambio del dólar afecta en unos 250 millones de euros", señala el financiero.
"Necesitamos un menor coste de capital"
La salida a bolsa del negocio de energías renovables de la compañía y la valoración que pueda alcanzar es otro de los puntos más importantes de la empresa en este momento. "Es, seguramente, la pregunta más recurrente que me hacen los inversores", reconoce Lorenzo. Sin querer entrar en las cifras concretas que están manejando los analistas, reconoce que habría que tener en cuenta "un descuento de entre el 15% y el 20%, que los analistas no están valorando, porque ellos analizan el negocio completo".
Lorenzo explica las causas que les lleva a considerar que la mejor idea para este proyecto es con un socio. "El primero es que estamos ante un negocio nuevo con dinámicas muy distintas. Para invertir en renovables creo que necesitamos más agilidad que la que tenemos en el grupo Repsol, un proceso de toma de decisiones distinto, equipos diferentes y formas de actuar distintas. Por eso, aislar ese grupo y diferenciarlo un poco dentro del paraguas Repsol, creo que viene bien", destaca.
El segundo argumento es la importancia de visibilizar el valor de este negocio. "Es bueno poder tener una idea de cuánto vale lo que hemos construido, e ir viendo qué va valiendo y cuánto me va reconociendo el mercado", explica. El tercero, y probablemente el más importante, es el coste. "Necesito un vehículo con un coste de capital inferior al de una petrolera", señala.
Para poder salir en las mejores condiciones, Lorenzo destaca la importancia de "generar la mejor tarjeta de visita. Lo que tenemos que hacer es poner los proyectos que están en cartera en operación en el tiempo previsto y con el coste previsto, para poder decirle al mercado que somos una empresa capaz de desarrollar nuestra cartera", incide.
"Con Hecate cumplimos el plan hasta 2025"
La compra de la participación del 40% en el desarrollador de proyectos en Estados Unidos Hecate es el primer paso de Repsol para poder asegurar el cumplimiento de la primera parte de su plan estratégico: "Hecate supone 40 GW posibles, de generación renovable, de los cuales 16 están en fase avanzada" explica Lorenzo.
"De este modo, hemos comprado un desarrollador, pero inmediatamente hemos puesto una pata operativa pura de Repsol en Estados Unidos. Eso hace que tengamos garantizada parte de su cartera de proyectos desde este momento. Supone tener identificados los proyectos que me van a dar 7,5 GW en 2025. Es tener el control de la ambición hasta ese año", destaca.
En este sentido, "para alcanzar los 15 GW para 2030 hay que seguir trabajando. En 2 ó 3 años entraremos en otro país y seguiremos desarrollando proyectos de este tipo", incide.
Lorenzo destaca el atractivo que han encontrado en Estados Unidos para invertir. "Tenemos tres criterios para decidir si entramos en un país. El primero, que hay perspectivas de aumento de demanda de energía. El segundo, que hay ambición y decisión de país de cubrir esa necesidad con generación renovable, y el tercero, que haya un entorno regulatorio adecuado. Estados Unidos cumple los tres, y no se me ocurre ningún país que lo cumpla tan bien", destaca.
"En EEUU para construir ese negocio de generación renovable rentable, hemos considerado que hay que entrar en fases tempranas del desarrollo de los proyectos, o la rentabilidad de doble dígito que buscamos no la conseguiremos. También, tener una presencia internacional, con posiciones relevantes en cada país", explica.