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Sin solución: el seguro de impago heleno llega a 1.500
La gota que colmó el vaso. Fue el efecto que produjeron las declaraciones que Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo (BCE), dedicó a la situación financiera de Grecia en su revisión mensual de los tipos de interés.
Trichet afirmó que "sería un enorme error aprobar una decisión que pudiera desencadenar un impago de la deuda griega", y recordó que, aunque las decisiones que apuntaran a una potencial reestructuración helena dependan de los gobiernos europeos, el BCE también está dispuesto a establecer sus propias reglas en cuanto a decisión de aceptar como colaterales los bonos de las economías que tuvieran más dificultad para afrontar sus compromisos financieros.
El efecto sobre el escudo con el que los inversores se protegen del reiesgo de impago (CDS por sus siglas en inglés) fue inmediato. Éste se resquebrajó otros 35 puntos básicos (ó 0,35 puntos porcentuales) hasta alcanzar los 1.523 puntos, un nuevo máximo histórico.
De esta forma, Grecia se apuntó a la estampida de los inversores, que ya el miércoles habían llevado a dilatar las curvas de los CDS de Portugal e Irlanda hasta máximos históricos. Una escalada que se repitió en la jornada de ayer, hasta volver a marcar niveles inéditos en ambos casos: los seguros contra impago portugueses avanzaron 12 puntos básicos, hasta los 721 puntos; en el caso irlandés, su escudo alcanzó los 690 puntos, 9 más que el miércoles.
La prima de riesgo, desbocada
Aunque sufrieron las de todos los países de la periferia europea, la prima de riesgo que más se disparó volvió a ser la griega, al ensancharse en 54 puntos básicos (ó 0,54 puntos porcentuales) el diferencial del bono heleno con el alemán a diez años.
La deuda griega a largo plazo alcanzó una rentabilidad del 16,63 por ciento, una subida que se vio acentuada por el hecho de que, ante la incertidumbre, los inversores optaron por la estabilidad del bund germano, cuyo rendimiento se redujo ligeramente hasta el 3 por ciento. No obstante, del caso heleno la cifra más alarmante llegó del lado de la deuda a corto plazo, al dispararse la rentabilidad de sus bonos a 2 y 3 años por encima del 25 por ciento durante la jornada de ayer.
El segundo PIG cuyo diferencial sufrió más fue Irlanda, que avanzó 24 puntos básicos hasta situarse en los 805 puntos (ver gráfico). Por su parte, la prima de riesgo lusa avanzó otros 20 puntos respecto al miércoles, situándose en los 726 puntos básicos. La que mejor aguantó el tipo fue la española, que subió 10 puntos hasta los 241.