Bolsa, mercados y cotizaciones
Demolición
Raimundo Díaz
Madrid, 9 jun (EFECOM).- La bolsa española concluyó la semana con una bajada del 4,42 por ciento, perjudicada por la subida de los tipos de interés en Europa y su repercusión en las constructoras, inmobiliarias y bancos.
Se repetían parte de los síntomas vividos a finales de abril, cuando la enfermedad apareció en el sector inmobiliario con el síndrome Astroc.
Pero ahora, la situación estaba revestida de otros ropajes, pues además de la subida de tipos en Europa, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, insistía en que actuaría como un ave rapaz para evitar que los precios se desbocaran.
Mientras, los expertos, que unos meses antes situaban los tipos de interés en Europa a finales de año en el 4 por ciento, cambiaban el enfoque y los elevaban al 4,5 por ciento, al tiempo que crecía la amenaza de que en Estados Unidos se trocara la esperada bajada del precio del dinero y sucediera lo mismo.
Esta percepción se apoyaba en que el presidente de la Reserva Federal -banco central estadounidense-, Ben Bernanke, insistió en los peligros de inflación y en los problemas que el mercado hipotecario puede causar en la economía.
El resultado de todo se tradujo en la demolición de algunos de los pilares que el viernes de la semana anterior, habían elevado a la bolsa hasta el máximo histórico de 15.501,5 puntos.
La recuperación experimentada en mayo por las constructoras e inmobiliarias carecía de sentido y los movimientos especulativos en torno a las empresas susceptibles de ser compradas se esfumaban y, en la demolición de esta breve cultura, desaparecía todo.
Tanto era el temor a que esto sucediera, que el mercado de deuda, refugio tradicional del dinero en momentos difíciles, ya se iba anticipando a esta situación -el viernes pasado, su rentabilidad se situaba en el 4,5 por ciento- y la refrendaba, al terminar este período, cerca del 4,65 por ciento.
Tal fue el alcance del derrumbe que cuatro de las cinco sesiones de esta semana, que empezaba con una ligera caída, como si de una simple recogida de beneficios, concluyó con sólo una sesión al alza.
Además, ninguna de las 35 compañías que integran el principal índice bursátil del mercado español, el Ibex-35, acabó con ganancias.
El mayor varapalo lo recibió Sacyr, que cedió el 9,59 por ciento, en tanto que Cintra, con la situación del mercado de deuda, la decepción causada por algún dato de tráfico en las autopistas que gestiona y la "inoportuna" obtención de una concesión, cedió el 8,09 por ciento.
A continuación, se situaron Acciona, que el exceso de engorde previo lo pago con una purga esta semana del 7,74 por ciento, mientras que Unión Fenosa, agotada la subida repentina de tensión en la red al calor del maridaje energético, cedió el 7,08 por ciento.
En cuanto al resto de empresas del sector "inmo-constructor", ACS perdió el 6,66 por ciento; Ferrovial, el 5,73 por ciento; FCC, el 5,54 por ciento; Metrovacesa, el 4,45 por ciento, y Colonial, el 2,81 por ciento.
Respecto a los grandes valores, Iberdrola cedió el 5,01 por ciento; BBVA, el 4,62 por ciento; Banco Santander, el 4,07 por ciento; Telefónica, el 3,98 por ciento; Repsol, el 3,97 por ciento, y Endesa, el 0,42 por ciento.
Esta semana debutó en bolsa la inmobiliaria Realia, participada por Caja Madrid y FCC, a 6,5 euros por acción, sesenta céntimos menos que el precio inferior de la banda orientativa incluida en el folleto. La compañía acaba este ciclo a 6,6 euros, lo que representa una subida del 1,54 por ciento.
En estos días también se decidió que Metrovacesa dejará su puesto en el Ibex en julio a Bolsas y Mercados Españoles (BME).
La próxima semana, en la que el Ibex-35 partirá de 14.816,50 puntos, los inversores estarán pendientes, entre otros asuntos, de los datos de inflación en distintos países europeos y en EEUU, de los datos de coyuntura -Libro Beige- y de las ventas minoristas estadounidenses. EFECOM
jg/rl