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Economía/Macro.- (Ampliación) El PIB de EE UU aumentó un 2,2% en el cuarto trimestre y un 3,3% en el conjunto de 2006



    WASHINGTON, 28 (EUROPA PRESS)

    El Producto Interior Bruto (PIB) de Estados Unidos aumentó un 2,2% durante el último trimestre de 2006 y un 3,3% en el conjunto del año, informó hoy el Departamento de Comercio norteamericano en un comunicado.

    El crecimiento de la economía norteamericana durante 2006 fue una décima superior al registrado en 2005, cuando el PIB creció un 3,2%. La cifra es inferior a las estimaciones iniciales, que situaban el incremento del PIB en un 3,4%, pero se sitúa en el nivel más alto de los últimos dos años.

    En cuanto al dato trimestral, el dato es dos décimas superior a las cifras del tercer trimestre, pero se sitúa muy por debajo de las estimaciones iniciales, que preveían un incremento del 3,5%.

    El crecimiento del PIB fue mucho más lento de lo esperado durante el cuarto trimestre debido principalmente a un empeoramiento de los negocios en general causado por el temor generado por la ralentización del mercado inmobiliario y los problemas de la industria automovilística.

    Además, el crecimiento económico se vio perjudicado por un retroceso de la importaciones frente a un incremento de exportaciones un crecimiento de los gastos del Gobierno Federal, y un descenso de la inversión de inventarios por partes de las compañías, que también redujeron su inversión en equipamiento y software.

    La inversión en la construcción de viviendas en el cuarto trimestre se redujo un 19,1%, el descenso más importante en quince años.

    El gasto de los consumidores, una fuerza principal de impulso a la actividad económica estadounidense, se incrementó un 4,2% en el cuarto trimestre, muy por encima del 2,8% del tercer trimestre, aunque ligeramente por debajo de las estimaciones, que situaban esta rúbrica en el 4,4%, lo que también contribuyó a ralentizar el crecimiento.

    Estas cifras revisadas a la baja del crecimiento económico estadounidense hacen renacer los temores a la ralentización de la primera economía mundial, muy resentida por el enfriamiento del mercado inmobiliario.

    La evolución de los indicadores macroeconómicos durante finales de año y enero resultaron mucho mejores de lo esperado, pero finalmente las cifras de crecimiento del cuarto trimestre se situaron muy por debajo de lo esperado.

    LA RALENTIZACION ANTICIPADA POR GREENSPAN

    Esta misma semana, el ex presidente de la Reserva Federal estadounidense (Fed), Alan Greenspan, advirtió de que la economía estadounidense podría entrar en recesión a finales de este año, a la vista de que lleva creciendo de forma continuada desde 2001 y de que se empiezan a presentar los primeros síntomas de que el ciclo está llegando a su fin.

    "Cuando uno se aleja de una recesión, de forma invariable empiezan a confluir factores para la siguiente recesión, y en realidad estamos empezando a ver estos indicios", aseguró el ex presidente de la Fed.

    Los mercados se vieron afectados muy negativamente por las declaraciones del economista junto con el desplome de la Bolsa china, lo que provocó que la mayoría de los indicadores bursátiles mundiales hayan registrado grandes pérdidas durante la semana.

    Greenspan habló de un cambio de ciclo en la economía estadounidense :"Por ejemplo, en Estados Unidos los márgenes de beneficio (...) han comenzado a estabilizarse, lo que supone un signo inicial de que estamos en la parte final de un ciclo", añadió. Las autoridades estadounidenses establecen como el inicio de una recesión dos o más trimestres consecutivos de crecimiento negativo.

    "Sí, es posible que podamos sufrir una recesión en los últimos meses de 2007, y la mayor parte de los analistas no están haciendo esta valoración sino que, en realidad, prevén para 2008 (...) cierta ralentización", añadió.

    Un estudio difundido esta semana por la National Association for Business Economics calcula que el crecimiento económico para este año será del 2,7%, lo que supone la tasa más baja desde el 1,6% de 2002.

    Pese a los temores generados por el fin del 'Boom' del mercado de la vivienda, Greenspan dijo que hasta el momento la ralentización del mercado de la vivienda no ha provocado efectos perniciosos sobre el conjunto de la economía. "Por el momento no hemos tenido ningún efecto grande o significativo sobre la economía estadounidense procedente de la ralentización en el mercado de la vivienda", afirmó.