Cree que permitirá medidas de estímulo más pronunciadasNo son pocos los expertos que imaginan un futuro en el que el dinero en metálico solo tiene hueco en los museos. El auge de los pagos digitales y la llegada de las criptodivisas son dos de los factores que han "abierto un debate acerca de si los bancos centrales deberían emitir su propio dinero digital", señala Galo Nuño, de la Dirección General de Economía y Estadística, en el último boletín económico del Banco de España. El economista plantea un escenario hipotético en el que se implementase una moneda digital por parte de un banco central. Algunos de los motivos para considerar una introducción de este tipo de divisa (CBDC, por sus siglas en inglés) son, que hay una "menor demanda de efectivo en algunas jurisdicciones; que podría mejorar algunos aspectos en los sistemas de pago, y que tiene potencial para mejorar la transmisión de la política monetaria". Las posibilidades de crear una moneda digital son varias, -por ejemplo que fuese remunerada, o no, y también que pudiese ser anónima, o nominativa-, y el boletín señala algunas ventajas de cara a la política monetaria. Sería el caso, explica el informe, si este tipo de dinero fuese "remunerado" -que pague un interés, al contrario del metálico, y como un depósito bancario-, ya que el sistema actual "marca un límite al posible tono expansivo de la política monetaria en un entorno de bajos tipos". En otras palabras, que el banco central no exprime totalmente los beneficios de los tipos bajos, ya que quien tiene el dinero puede optar por aparcarlo sin más coste que el de la inflación. Sin embargo, con dinero digital, y eliminando el físico, "sería el tipo de interés del CBDC el que marcase el suelo" permitiendo "más recortes en los tipos nominales en torno a la cota cero", si fuese necesario.