La alianza entre Bayrou y Macron impulsa las compras en el bono francés a 10 años, que reduce su rentabilidad al 1,01%El mercado de deuda puso fin ayer a la sangría que venía sufriendo en las últimas jornadas. Tras varias sesiones dominadas por las ventas, los inversores volvieron a tomar posiciones en los bonos de los principales países europeos. Y es que si en las últimas fechas la renta fija del Viejo Continente se había visto lastrada por el avance en las encuestas de la ultraderechista Marine Le Pen, defensora de la salida del euro, y la posibilidad de una fusión entre el Partido Socialista y el Partido de Izquierda, en la jornada de ayer se produjo un giro en los acontecimientos. El candidato centrista François Bayrou anunció su retirada de la contienda electoral y, además, mostró su apoyo a una eventual alianza con Emmanuel Macron, que, a última hora de la tarde, aceptó el ofrecimiento. En el caso de conseguir captar el 6 por ciento de votos que le pronosticaban las encuestas a Bayrou, el exministro de Economía reforzaría sus posibilidades de superar al conservador François Fillon en su pugna por hacerse con un hueco en la segunda vuelta de los comicios, que tendrán lugar el próximo 7 de mayo. Pese a que la oferta de alianza se anunció una hora antes de que finalizase la sesión -y a que la aprobación de Macron se hizo efectiva hasta con el mercado ya cerrado-, la renta fija europea y, en particular, la gala, reaccionaron con fuertes subidas por precio. Así, la rentabilidad del bono francés a 10 años descendió hasta el 1,011 por ciento, lejos de sus máximos en el 1,14 por ciento que alcanzó la semana después de conocerse que la esposa de Fillon había cobrado 950.000 euros del Parlamento por trabajos ficticios. Su diferencial frente a su homólogo alemán descendió desde los 79 puntos básicos que alcanzó el pasado martes -su nivel más alto en casi cinco años- hasta los 74 puntos básicos. El bono alemán, en mínimos Y es que la incertidumbre que rodea a Francia, lejos de contagiar a la renta fija alemana, estaba reafirmando su atractivo como activo refugio. Las fuertes compras registradas por la deuda teutona a dos años han arrastrado su rentabilidad hasta el -0,88 por ciento, los niveles más bajos de su historia y 20 puntos básicos por debajo de sus niveles previos a la reunión de diciembre del BCE, en la que se abrió la veda a la compra de deuda con vencimiento inferior a 24 meses. El ofrecimiento de Bayrou también sirvió para relajar la tensión en el mercado de deuda periférica. La rentabilidad del papel italiano retrocedió desde el 2,23 por ciento hasta el 2,18 por ciento, mientras que en el caso del bono español, el viento de cola procedente del país vecino, pese a atenuar el repunte en su rentabilidad, fue insuficiente para cerrar por debajo del 1,668 por ciento al que comenzó la sesión -terminó en el 1,672 por ciento-. Pese a quedarse rezagado en la jornada de ayer, el bono español a 10 años genera pérdidas latentes del 2,6 por ciento, ligeramente por debajo del 3 por ciento del bono francés a una década y el 3,2 por ciento del transalpino.