Desde que a finales de 2014 Repsol cerrase la compra de la canadiense Talisman sus títulos han sufrido un doble castigo. Por un lado, se han visto perjudicados por la fuerte caída del precio del crudo y por el otro las dudas sobre la idoneidad de la operación. Ahora, muchos analistas piensan que el castigo recibido por la española ha sido excesivo y su recomendación ha mejorado notablemente durante los últimos meses. De este modo, la compañía presidida por Antonio Brufau ha visto cómo el consenso le otorga su mejor consejo desde que emprendió la compra de Talisman, si bien es todavía un mantener. Además, los expertos consideran que los títulos de la firma aún cuentan con recorrido al alza. Así, fijan su precio objetivo en los 11,5 euros, lo que supone un potencial del 10 por ciento, a pesar de que desde sus mínimos ha recuperado un 30 por ciento. Haitong es la firma más optimista con la compañía, al fijar su valoración en los 17,4 euros. Un castigo excesivo Otro de los temores que se había implantado entre los inversores era la capacidad de la compañía de mantener su grado de inversión. Sin embargo, las dudas se han despejado bastante durante las últimas semanas. Desde Barclays aseguran que “parece injustificado” el hecho de que a estas cotizaciones “el mercado ya está descontando en el precio un recorte en el rating”. “Aunque somos conscientes de que reconstruir la confianza del inversor llevará tiempo, vemos un punto de inflexión”, completa el equipo del banco británico. Una de las preocupaciones del mercado es el nivel de endeudamiento de la compañía -se espera que en 2016 la ratio deuda/ebitda se quede en las 3 veces-, pero los expertos creen que la firma tiene diversas opciones para reducirla, de hecho, prevé desinversiones por 6.200 millones hasta 2020 y ya ha anunciado un recorte del dividendo del 20 por ciento. “Aunque la situación de Repsol no es robusta, creemos que hay buena visibilidad sobre las medidas para llevar el apalancamiento a niveles más aceptables”, explican desde Jefferies.