Mañana termina mayo, y con él acabará el mes del año en el que los inversores europeos se han vaciado de bonos con mayor ahínco. Se han quitado de encima todos los que han podido, con el consiguiente repunte de las rentabilidades. En este sentido, no hay que olvidar que el rendimiento de los bonos aumenta cuando el precio de estos títulos cae con motivo de las ventas. Y éstas están campado a sus anchas, hasta el punto de que las compras sólo se han impuesto en 5 de las 21 sesiones que ha consumido ya el mes de las comuniones. Esta oleada vendedora ha tenido su pertinente reflejo en los rendimientos, que se han situado en sus niveles más altos en dos años. En España, la rentabilidad de los bonos a diez años ha repuntado en mayo -por el momento- del 4,2 al 4,44 por ciento. En el caso del bund alemán, que es el que se toma de referencia en la zona euro, el incremento ha ido del 4,15 al 4,39 por ciento. De este modo, acechan ya el nivel del 4,5 por ciento, un terreno que no pisan desde finales de 2003. Como sostienen los expertos de Banif, estos aumentos "responden a la continuidad de la bonanza de los indicadores macroeconómicos en la zona euro y a la reducción de incertidumbre en Estados Unidos". Y si ambos están tirando de las rentabilidad se debe a que, precisamente, dejan el camino despejado para que el Banco Central Europeo (BCE) siga elevando los tipos de interés de la zona euro, que constituye el auténtico motor de la ascensión que vienen protagonizando las rentabilidades de la deuda pública europea desde la segunda mitad de 2005. De hecho, los incrementos más recientes están dando la bienvenida a la nueva subida de los tipos que realizará el BCE el 6 de junio, fecha en la que los aumentará del 3,75 al 4 por ciento. Pero no sólo eso. Los rendimientos de la deuda tanto a corto como a largo plazo -ver gráfico- están muy por encima de ese 4 por ciento, algo que denota que los mercados esperan más del BCE. Y ese más se dirige hacia unos tipos al 4,25 por ciento... como poco. Puede que el mercado esté apuntando demasiado alto, pero los rendimientos imponen cada vez más respeto.