Para suavizar el castigo a la banca también estudia cómo escalonar la facilidad de depósitoEl BCE se abre a bajar tipos, a un nuevo 'QE' y a flexibilizar el objetivo de inflación tras el veranoLa reunión de ayer del Banco Central Europeo (BCE) confirmó una nueva ronda de estímulos por parte del organismo, y parece claro que será la última gran medida de la era Draghi. Ahora, ya es evidente que el último tramo del italiano al frente de la entidad no estará marcado por la complacencia y la celebración por el objetivo cumplido, sino que deberá dedicarlo a hacer un último esfuerzo para configurar junto a sus compañeros del Consjo de Gobierno un nuevo paquete de medidas con el objetivo de dar el empujón definitivo a la inflación. Es la gran preocupación de Draghi: "No nos gusta nada lo que vemos cuando analizamos la inflación ni las expectativas de inflación", reconoció el presidente del BCE durante la comparecenia.Por eso, el Consejo de Gobierno del organismo ha decidido hacer cambios y admitir que están estudiando varias medidas. Como dejó claro el italiano en su discurso inicial, está sobre la mesa que los tipos se bajen todavía más desde los niveles actuales (en el 0 por ciento en los de refinanciación y en el -0,4 por ciento en la tasa de facilidad de depósito), además de un nuevo programa de compras de deuda (QE). También existe la posibilidad de que se flexibilice el objetivo de inflación, de forma que el BCE pueda actuar "con la misma determinación, esté la inflación por encima o por debajo del 2 por ciento", explicó Draghi. Esto supondría que el BCE pueda mantener los estímulos aun con el IPC creciendo por encima de ese ritmo, asegurándose así el italiano poder anclar el crecimiento de los precios en el entorno del 2 por ciento.Oliver Blackbourn, gestor de Janus Henderson, considera que el italiano "habló ayer usando un lenguaje que entienden los mercados, ya que mostró su inclinación a bajar los tipos de interés y reactivar el QE. Si bien no hubo detalles sobre cuándo se podrían bajar los tipos, hizo hincapié en la preocupación que existe porque la baja inflación sea algo persistente".Desde el Servicio de Estudios de Mapfre, Gonzalo de Cadenas, director de análisis macroeconómico y financiero, explica cómo "el tono y contenido del comunicado sugiere que los pasos a tomar serán extremadamente cautelosos puesto que, además de ser fuertemente condicionales al desarrollo de la actividad e inflación, lo serán también de las medidas que tome la Reserva Federal a partir de septiembre, y muy especialmente de la interpretación que el mercado pueda darles". Y es que, con todas las miradas puestas en la reunión de la Fed de la semana que viene, parecía muy precipitado que Draghi se aventurase y moviese ficha antes que el regulador estadounidense, para el que se descuenta casi sin ninguna duda (sería una sorpresa mayúscula que no lo hiciese) que baje los tipos de interés. El italiano reconoció no haber empezado a debatir sobre los detalles de las medidas a adoptar, tanto con los tipos de interés como con el programa de compras de deuda. Hay que recordar que el BCE tendrá nuevas previsiones macroeconómicas disponibles en el encuentro de septiembre, que le ayudarán a analizar la situación con más claridad.'Echa un capote' a la bancaLas tres medidas que estudiará el BCE, sobre todo las dos primeras (una nueva bajada de tipos y compras de deuda para inyectar dinero en el sistema), son un castigo para la banca, que se ve muy perjudicada por la política de bajos tipos de interés que está llevando a cabo el BCE durante los últimos años. Son muchos los expertos que destacan la necesidad de tipos más altos para proteger la salud, ya frágil, del sector bancario y el BCE lo sabe. Esto explica que el organismo esté examinando también establecer un sistema de tramos en la facilidad de depósito para la banca, por el cual a las entidades que más dinero presten a la economía real podría aplicárseles un tipo de interés más ventajoso (actualmente se les cobra un 0,40 por ciento).La llegada de LagardeEn la primera reunión del BCE desde que se conoció el relevo de Draghi al frente del organismo, el presidente tuvo palabras de elogio para la francesa. "Sé que será una gran presidenta. Estoy seguro. Solo hay que pensar en la forma en la que se toman decisiones en el Fondo Monetario Internacional: es un organismo que usa mucha información de sus economías, se discute entre colegas, entre equipos... Es muy parecido a lo que hacemos en el BCE", señaló Draghi. También se le preguntó por la especulación de que él vaya a ser candidato a la presidencia del FMI con el apoyo del Gobierno francés, pero lo descartó rápidamente: "No. Por mi parte no. Quiero decir, sería un honor, pero no estoy disponible", zanjó.