M. Continuo

Kofi Annan renuncia como mediador internacional para Siria



    ALEPO, Siria (Reuters) - El ex secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, renunciará como enviado de paz internacional para Siria ante la rebelión armada contra el presidente Bashar el Asad, un conflicto cuya violencia no muestra indicios de ceder tras 17 meses de enfrentamientos.

    Mientras la violencia arreciaba el jueves en Alepo, la segunda ciudad más poblada de Siria, entre los rebeldes y las fuerzas del Gobierno, el actual secretario general de la ONU, Ban Ki-moon anunció en Nueva York que Annan había informado de su retirada a finales de mes.

    "Kofi Annan merece nuestra admiración profunda por la forma desinteresada en la que ha puesto sus formidables capacidades y prestigio para la más difícil y posiblemente la más ingrata de las tareas", dijo Ban.

    La misión de Annan, centrada en un alto el fuego acordado en abril que nunca se aplicó, se veía como irrelevante ante el recrudecimiento de los enfrentamientos en Damasco y Alepo.

    Rusia, Estados Unidos, Reino Unido y Francia se señalaron unos a otros como los responsables del repentino anuncio de Annan. Un alto diplomático del consejo dijo que era el momento de reconocer la "irrelevancia absoluta de un Consejo de Seguridad impotente" en Siria.

    Siria, por su parte, lamentó la marcha de Annan, mientras rebeldes y tropas gubernamentales intensificaban la batalla por hacerse con el control de Alepo, la segunda ciudad y el principal centro comercial del país.

    En declaraciones realizadas a periodistas en Ginebra, Annan citó desavenencias en el Consejo de Seguridad de la ONU como una de las razones para su renuncia.

    "Este mundo está repleto de gente loca como yo. Así que no se sorprendan si el secretario general Ban Ki-moon puede encontrar alguien que haga un trabajo mejor que yo", dijo Annan cuando fue consultado si había pensado en alguien para sustituirlo.

    "Puede haber otros planes, otros acercamientos que puedan funcionar efectivamente", sostuvo añadiendo que en esta etapa la atención debería seguir puesta en una transición política, ya que el " presidente (Bashar) el Asad tendrá que irse en algún momento".

    El embajador ruso ante la ONU, Vitaly Churkin, reaccionó rápidamente sugiriendo a periodistas fuera del Consejo de Seguridad que Moscú estaba desilusionado: "Entendemos que es su decisión. Lamentamos que elija hacerlo. Hemos apoyado muy fuertemente los esfuerzos de Kofi Annan. Tiene todavía otro mes por delante y espero que este sea usado lo más efectivamente posible bajo estas circunstancias tan difíciles".

    Mientras tanto, las fuerzas de Asad bombardearon el distrito estratégico de Salaheddine en Alepo con fuego de tanques y artillería, mientras los rebeldes intentaban consolidar su poder sobre las zonas que habían tomado.

    Al menos 20 personas murieron el jueves cuando las fuerzas de seguridad sirias dispararon tres rondas de mortero contra un campo palestino en Damasco, según dijeron fuentes médicas.

    Testigos del campo dijeron a Reuters por teléfono que los morteros impactaron en una calle transitada en momentos en que la gente se estaba preparando para la comida de Ramadán.

    Siria acusó además el jueves a Turquía de jugar un "papel fundamental" en el apoyo al terrorismo al abrir su aeropuerto y fronteras a al Qaeda y otros insurgentes islamistas para que realicen sus ataques en el país.

    La lucha por las dos mayores ciudades de Siria subraya la rápida caída del país en una guerra civil, 17 meses después del inicio de las protestas pacíficas que originaron el levantamiento popular contra Asad que se han cobrado ya 18.000 víctimas mortales.

    La moral de los rebeldes creció cuando apuntaron las armas de un tanque del Gobierno contra la base área de Menaj, 35 kilómetros al norte de Alepo, un posible lugar de refuerzos del Ejército.

    "Impactamos el aeropuerto usando un tanque que capturamos del Ejército de Asad. Atacamos el aeropuerto algunas veces, pero hemos decidido retirarnos en este momento", dijo a Reuters un combatiente rebelde llamado Abu Ali.

    Corresponsales de Reuters escucharon el jueves por la mañana fuego de artillería desde Salaheddine, en el sudoeste de Alepo, una vía de entrada a la ciudad de 2,5 millones de personas que ha sido el escenario de la batalla durante la última semana.

    Soldados armados del Gobierno están intentando expulsar de la ciudad a miles de combatientes rebeldes, en una lucha cuyo resultado podría marcar un punto de inflexión en el conflicto.

    Las conexiones de telefonía móvil están cortadas desde el miércoles por la tarde, aumentando las especulaciones entre los residentes de la inminencia de una acción militar.

    DENUNCIAN ATROCIDADES EN DAMASCO

    En Damasco, aún bastión del Gobierno pero escenario de combates durante las últimas dos semanas, las tropas gubernamentales se enfrentaron a nuevas acusaciones de atrocidades después de tomar el control de un barrio el miércoles.

    "Cuando las calles estuvieron despejadas, encontramos los cuerpos de al menos 35 hombres", dijo un residente que se identificó como Fares por teléfono desde Jdeidet Artouz, en el suroeste de Damasco.

    "Casi todos fueron ejecutados con balas en la cara, cabeza y cuello en casas, jardines y sótanos", añadió.

    La televisión estatal siria dijo que "docenas de terroristas y mercenarios se rindieron o fueron asesinados" cuando el Ejército realizó una incursión en Jdeidet Artouz y sus alrededores agrícolas.

    Asad dijo el miércoles que su batalla contra los rebeldes decidirá el destino de Siria. Pero su llamamiento a las tropas, en un comunicado escrito, no dio pistas de su paradero dos semanas después de un ataque suicida contra su círculo más íntimo.