M. Continuo
El FMI lanza una dura advertencia a Grecia
Los ministros de Finanzas de la UE rompieron un tabú el martes cuando admitieron por primera vez que haría falta algún tipo de reestructuración para aliviar el peso de las deudas de Grecia, que suponen un 150 por ciento del PIB, una de las tasas más altas del mundo.
Han indicado que podrían pedirles a los acreedores privados que acepten una extensión voluntaria de los plazos de amortización de sus bonos de deuda griega, pero también han dejado claro que la prioridad es asegurar la aceleración de las reformas en este país.
"El programa no seguirá por buen camino sin una vigorización decidida de las reformas estructurales en los próximos meses", dijo el jefe de la delegación del FMI que ha visitado el país, Poul Thomsen, en una conferencia económica en Atenas.
"Si no vemos esta vigorización, creo que el programa descarrilará", agregó, en una de las advertencias más contundentes a Grecia desde que logró el rescate hace un año.
El Gobierno del socialista Giorgos Papandreu ha tenido problemas para controlar una evasión fiscal rampante y está bajo una fuerte presión para que comience a vender activos estatales y así ayudar a cumplir las metas fiscales establecidas en el rescate de 110.000 millones de euros que le concedieron la UE y el FMI.
De acuerdo con estas condiciones, debería reducir su déficit presupuestario al 7,6 por ciento del PIB este año. Thomsen aseguró que sin medidas adicionales, no bajará del 10 por ciento.
Los ministros europeos no han aclarado aún cómo harían lo que califican de "suave reestructuración" de la deuda griega. Convencer a los tenedores privados de bonos griegos a que acepten un pago más tardío sería difícil y requeriría de garantías costosas para evitar que perjudique a los bancos. Además, aunque Atenas ganaría tiempo no reduciría el total de su deuda.
Muchos analistas creen que habría que acometer una reestructuración más enérgica, conocida como "haircut" (recorte) o pérdidas forzosas, del 50 por ciento o más a partir de 2013, cuando los políticos han dicho que podrían optar por pasos más radicales.
- Gráficos de la deuda de la eurozona: http://r.reuters.com/hyb65p
Por su parte, el Banco Central Europeo, que tiene unos 50.000 millones de euros en bonos soberanos griegos, ha advertido de que incluso una reestructuración suave podría poner en peligro la estabilidad de la eurozona.
"Soy contrario a una reestructuración suave porque no sé qué significa. Nadie sabe qué significa", dijo en Milán Lorenzo Bini Smaghi, miembro del consejo ejecutivo del banco.
Advertencias similares llegaron de otros integrantes del BCE, como el vicepresidente, Vitor Constancio, que avisó de "enormes consecuencias" de una reestructuración y dijo que solo debería hacerse como último recurso.
Sin embargo, los políticos europeos están bajo presión de los airados contribuyentes para repartir el peso de los rescates e incluir a los bancos que han comprado deuda griega en los últimos años.