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Consideran un "abuso" el uso de marcas blancas porque puede afectar a la innovación en el sector
El conseller ha participado hoy en el debate organizado por Nueva Economía Fórum en Barcelona, en el que ha asegurado que el sector agroalimentario catalán ha superado "bien" la crisis el pasado año y que en este ejercicio "aguantará" el tirón, aunque ha reconocido que ya se empiezan a registrar despidos.
Llena no ha querido mencionar marcas a la hora de criticar abiertamente el "cierto abuso" de algunas grandes superficies de marcas blancas o de distribución, pero ha asegurado que esta situación "puede poner en peligro a los fabricantes tradicionales", por lo que ha abogado por encontrar un "equilibrio".
El Departamento de Agricultura ha detectado que algunas superficies cuentan ya con hasta un 40% y 50% de su espacio de venta dedicado a las marcas blancas, lo que ha causado la alarma de los productores.
"La cuestión es que las marcas blancas comienzan a crear vínculos con el consumidor", que las interpreta como buenas, pero son perjudiciales para el productor en origen, al que esta situación puede dejar "sin alas" para poder invertir en innovación y desarrollo, ha añadido.
El conseller ha abordado, por otra parte, las "debilidades" del sector agroalimentario, que son, en su opinión, el acceso al crédito "que se ha cerrado de un día para otro", la amenaza al retroceso en innovación y la disminución de la demanda.
Los subsectores que pueden padecer más a lo largo del actual ejercicio por la situación económica general son el porcino, ha indicado el conseller Llena, que ya arrastra una anterior crisis por el alto coste de los cereales en la alimentación de los animales, y el de la fruta, ya que los principales mercados, como el Reino Unido y Rusia, han devaluado sus monedas.
El titular de Agricultura ha alertado también de que "no va bien" el sector del vino catalán, "con las bodegas demasiado llenas", y ha explicado que hace poco se llegó a pagar a un viticultor de la Terra Alta (Tarragona) 16 céntimos el kilo de uva.
"Hemos de llegar a un escenario de estabilidad" en los precios, que "han de ser justos en origen", ha reclamado el conseller, para lo que el gobierno catalán no hará "grandes inventos", sino que se centrará en aplicar la legalidad vigente: la Ley de Comercio, en la que se especifican plazos para hacer los pagos.
A su juicio, existe un "cierto apalancamiento del sector distribuidor", que hace que los pagos se aplacen una media de 85 días en España, mientras en Alemania "esto no pasa".
Ha reconocido que "no vivimos tiempos fáciles" y que, aunque el sector agroalimentario catalán ha sido capaz de superar anteriores crisis, la actual "es nueva y no se puede hacer lo mismo de siempre" para remontarla.
No obstante, ha argumentado que la situación "no se arregla con más leyes. Es una cuestión de actitud", no sólo de los productores y distribuidores, sino también de los consumidores, ya que en Cataluña sólo una de cada cinco botellas de vino que se consume es producida en esta comunidad, por ejemplo.
Por el contrario, uno de los datos más positivos en 2008 fue el incremento de ventas en el exterior, con 5.200 millones de euros, de los que el sector de la carne representó 1.600 millones y el de la fruta 770 millones, mientras se vendieron 140 millones de botellas de cava.
A pesar del difícil panorama, el conseller ha recordado que Cataluña es el primer 'cluster' agroalimentario europeo en ventas y que genera más empleo, unos 200.000 entre directos e indirectos, y que el pasado año generó un 0,5% más de empleo.