Madrid, 14 ene (EFE).- La Audiencia Provincial de Madrid juzgará el próximo martes a un hombre que abusó sexualmente de su sobrina en Arganda del Rey desde que ésta tenía tres años y hasta que, ya con 14, pudo denunciarlo en 2007.
Bernardo M. M., que se enfrenta a 16 años de prisión, se sentará en el banquillo de los acusados por un delito continuado de abusos sexuales y un delito de violación en grado de tentativa, según la Fiscalía.
De acuerdo con el relato provisional del fiscal, en 1996 el procesado, de 51 años, regentaba junto a su mujer una tienda en la citada localidad, en la que solía estar la víctima jugando con su prima, hija de Bernardo y también menor de edad.
El acusado aprovechaba esos momentos para mandar a su hija a hacer cualquier recado y quedarse solo con su sobrina con el objetivo de satisfacer sus deseos sexuales.
También abusaba de la menor en el domicilio del procesado, al que la niña iba a jugar con su prima y donde en más de una ocasión la llevó a una habitación de la casa, cerró la puerta y abusó de ella.
Finalmente, en 2007, cuando la menor tenía 14 años y toda la familia se encontraba reunida en casa de sus abuelos maternos, Bernardo siguió a la niña a una habitación para intentar violarla, sin conseguirlo.
Fue entonces cuando la menor decidió contar lo sucedido a su primo y denunciar al procesado, quien, según el fiscal, deberá indemnizar a la víctima con 50.000 euros.
Por otra parte, el mismo martes, la Audiencia Provincial madrileña juzgará también a un hombre acusado de abusar sexualmente de la hija de su pareja, menor de edad, hecho por el que se enfrenta a once años y medio de prisión.
Según el relato provisional de la Fiscalía, entre los años 2000 y 2010, el procesado Evaristo Antonio C.C. aprovechaba la ausencia de la madre del domicilio que ambos compartían junto a la niña, en la calle María Lejarraga (Madrid), para abusar sexualmente de la menor mientras le decía que "eran cosas normales que hacían todos los padres con sus hijos".
La niña se encuentra en tratamiento psicológico por "un trastorno de estrés postraumático y sentimientos de indefensión y rabia".
El Ministerio Público, que solicita una indemnización para la víctima de 30.000 euros, acusa al acusado de un delito continuado de abusos sexuales y de un delito de tenencia ilícita de armas, ya que tenía una pistola en su domicilio.