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Confirman la pena de muerte a 22 islamistas egipcios por atacar una comisaría
Entre esos 22 condenados a morir en la horca por la Corte Penal de Guiza (oeste de El Cairo) figuran ocho juzgados en rebeldía. Otro de los procesados ha sido condenado a diez años de presidio.
La sesión del juicio fue celebrada en un cuartel de las fuerzas de la Seguridad Central (fuerzas antidisturbios), ubicado en la carretera que une El Cairo con la ciudad portuaria de Alejandría.
Este mismo tribunal había remitido el pasado 19 de marzo los expedientes de esos 22 condenados al muftí de Egipto, Shauqi Alam, máxima autoridad religiosa islámica de Egipto, para que emitiera su dictamen no vinculante respecto a esta sentencia.
A todos ellos se les encontró culpables también de haber intentado asesinar a 23 reclutas de la Policía durante los disturbios en Kerdasa, que se desataron tras el golpe militar contra el presidente egipcio Mohamed Mursi, de los Hermanos Musulmanes, en julio de 2013.
Cientos de personas han sido sentenciadas a pena de muerte en el último año en Egipto en macrojuicios que las organizaciones de derechos humanos han criticado por no respetar los principios de un proceso justo y por la severidad de las penas, entre otros motivos.
El pasado día 11, el Tribunal Penal de Guiza confirmó la sentencia de pena de muerte contra el máximo dirigente de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Badía, y otros 13 dirigentes del grupo, acusados de establecer una "sala de operaciones de Rabaa" para hacer frente a las autoridades
Esos condenados estaban acusados de dirigir operaciones para enfrentarse a las autoridades y para propagar el caos, después del sangriento desalojo de las acampadas de las plazas cairotas de Rabaa al Adauiya y Al Nahda en agosto de 2013.