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Las mujeres reclusas sufren un deterioro de las emociones y abandonan su sexualidad
"La sexualidad en la cárcel queda apresada y apagada, en un segundo plano, y la mujer reclusa sufre un deterioro de sus emociones, siente un ataque directo a su autoestima y a su autoconcepto", ha explicado la autora del estudio durante la conferencia "Una sexualidad encarcelada", organizada por la Sociedad Catalana de Sexología de la Academia de Ciencias Médicas y de la Salud de Cataluña y de Baleares.
Durante su investigación, realizada en el centro penitenciario de mujeres de Barcelona, Mullera ha constatado que "hay una falta de educación sexual por parte de todas las reclusas" y "una necesidad de hablar con una persona desconocida que le proporcione un espacio donde poder dejar de fingir que está bien".
La especialista realizó su investigación entrevistando a las mujeres encarceladas que rondaban los 30 años de edad y "procedentes de entornos con un alto riesgo social, de familias desestructuradas y historias de vida relacionadas con la delincuencia".
Uno de los objetivos del trabajo era "descubrir cuál era el nivel educativo de las reclusas en el tema de la sexualidad; identificar qué emoción o qué vivencia les reportaba hablar de sexualidad e indagar si la falta de espacio producía una falta de intimidad", según Mullera.