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Una testigo dice que el acusado le confesó que había matado a su mujer



    Madrid, 2 oct (EFE).- Una testigo ha manifestado hoy en el juicio con jurado que se celebra en la Audiencia Provincial de Madrid que el acusado del asesinato de su pareja sentimental, a la que asestó veintiséis puñaladas en Leganés en el año 2010, le confesó que había matado a su mujer.

    El procesado, Grigor R.B., de 37 años y de nacionalidad búlgara, se enfrenta a una petición de veintitrés años y nueve meses de prisión por parte de la Fiscalía por los delitos de asesinato, lesiones y amenazas.

    En la segunda sesión del juicio, ha comparecido en calidad de testigo Dolores E.G., la hija de Carmen G.T., en cuyo domicilio ocurrieron los hechos y en cuyos cuidados trabajaba la víctima, Malina K.M., de 26 años y también de nacionalidad búlgara.

    Dolores ha relatado que el 18 de febrero de 2010 recibió una llamada en el móvil y escuchó los gritos de su madre, por lo que se desplazó inmediatamente al domicilio de la "abuela" que entonces tenía 90 años.

    En la vivienda, situada en la calle Doctor Fleming de Leganés, donde "todo estaba lleno de sangre", la testigo ha explicado que se encontró con el acusado de pie blandiendo un cuchillo en la mano, con Malina, que estaba boca arriba, inmóvil y con los ojos abiertos, y con su madre, que yacía boca abajo.

    Tras reconocer que sintió miedo, Dolores ha recordado que Grigor le dijo: "Loli, la he matado, tú tienes la culpa".

    La testigo ha apuntado que Carmen le contó que el acusado se puso a discutir con Malina y la "abuela" trató de intervenir, pero él sacó una navaja, la amenazó con "cortarle la cara", la empujó "con el codo" y se cayó al suelo.

    En la sesión, se ha leído la declaración de Carmen ante la Policía, en la que aseguró que el procesado, al que no conocía de nada, llevaba un cuchillo y le quiso "rajar la cara", por lo que pidió auxilio a los vecinos, él la mandó callar, la empujó y ella se cayó al suelo.

    También ha comparecido como testigo un vecino del inmueble, quien ha manifestado que, después de oír gritos, se acercó a la vivienda, donde se encontró con toda la habitación "llena de sangre".

    Malina estaba inmóvil con los ojos "mirando al techo", la "abuela" se hallaba "inconsciente" en el suelo y el procesado estaba en el pasillo, según este vecino, quien también ha comentado que escuchó la voz del acusado que decía: "Quería vender a mis hijos".

    Según el relato de la fiscalía, los hechos ocurrieron el 18 de febrero de 2010 cuando el acusado llegó al aeropuerto de Barajas, procedente de Sofía (Bulgaria), donde residía, y se desplazó hasta la localidad de Leganés para esperar a la víctima en el portal del domicilio donde trabajaba en los cuidados de Carmen.

    Sobre las 13:30 horas, Malina salió del domicilio y se encontró con el acusado, por lo que la mujer se asustó y regresó corriendo al interior de la vivienda, perseguida por el procesado por las escaleras, quien le dio alcance y ambos entraron en la vivienda, donde Carmen estaba sentada en el salón.

    Carmen trató de intervenir entre el acusado y Malina, pero el procesado la empujó tirándola al suelo, lo que le provocó una herida en la cabeza, una fractura de fémur y una luxación de hombro, que requirieron 202 días de curación.

    Entonces, el acusado sacó un cuchillo de 13,5 centímetros de hoja y le asestó a Malina múltiples cuchilladas en la cabeza, el cuello y el tórax, "sin parar, hasta que se aseguró de su muerte".

    El procesado le causó a Malina veintiséis heridas con el cuchillo, catorce de ellas en el cuello y en la cabeza, que le provocaron la muerte inmediata.

    Además de la pena de prisión, la fiscalía solicita que el acusado indemnice con 260.000 euros a los hijos, la madre y el hermano de la víctima, así como con 22.435 euros a Carmen por las lesiones y las secuelas.