El Supremo confirma que la venta de Cacaolat se decida en Barcelona

Ante el enfrentamiento de los juzgados mercantiles de Madrid y Barcelona por decidir sobre el proceso de venta de Cacaolat, el Pleno de la Sala de lo Civil recuerda en un auto del 4 de octubre que "corresponde al juez del territorio donde la empresa concursada tenga el centro de sus intereses principales" tomar todas las decisiones que afecten a la compañía.

Los magistrados del Alto Tribunal, que adelantaron su decisión el pasado mes de septiembre, recuerdan que la administración concursal de Clesa ha solicitado que el concurso de acreedores (antigua suspensión de pagos) de Cacaolat pase a tramitarse junto con el de la matriz.

Ello podría obligarles a decidir qué juzgado mercantil es el competente finalmente para tramitar el concurso de acreedores de Cacaolat, que sería lo que alteraría cualquier decisión sobre el proceso de venta de la compañía.

En cualquier caso, señalan que "la cuestión planteada en este momento a esta Sala se refiere exclusivamente a la determinación del juez competente para conocer de determinadas actuaciones relativas al concurso de Cacaolat y, en consecuencia, nuestra respuesta debe limitarse a resolver esta petición sin entrar a examinar el fondo del asunto, que no corresponde a este momento procesal".

El pasado mes de septiembre, el titular del Juzgado de lo Mercantil número 6 de Madrid, que gestiona el concurso de acreedores de Clesa, ordenó que se paralizara el proceso para vender el 95 % de las acciones de Cacaolat hasta que se resolvieran las "incertidumbres jurídicas" que pesan sobre esa operación.

En cambio, el Juzgado de lo Mercantil número 6 de Barcelona ha continuado con el proceso para vender la unidad productiva de Cacaolat.

De hecho, el pasado 20 de octubre abrió las ofertas definitivas por ese negocio, por el que la alianza de la embotelladora Cobega con la cervecera Damm y el fondo Victory Corporate ofreció 67,6 millones de euros, con lo que desbancó al resto de interesados.

Los administradores concursales de Clesa consideran que el proceso de insolvencia de Cacaolat debe incorporarse al de la matriz, ya que la venta de la compañía es la única forma de conseguir ingresos para pagar las nóminas y las indemnizaciones por despido de los trabajadores, que están pendientes.