La gestión del Impuesto sobre los Envases de Plástico no Reutilizables, que actualmente miles de pequeñas y medianas empresas (pymes) no saben cómo afrontar, se va a complicar y encarecer a partir del próximo año, puesto que no solo tendrán que realizar la declaración y documentarla, sino que deberán certificar el origen de estos.
Así lo denuncia la Asociación Española de Asesores Fiscales (Aedaf), en el informe sobre esta figura tributaria (Paper 20), en el que se afirma que es inadmisible "que hayamos llegado a situaciones en donde los contribuyentes, queriendo hacer frente a sus obligaciones fiscales, no tengan ningún tipo de soporte jurídico, más allá de una documentación publicada en la página web de la Agencia Tributaria (Aeat) en donde nada más abrirlo aparece una leyenda en rojo señalando que no se trata de un documento vinculante y que estando la norma en borrador, este documento puede estar sujeto a modificaciones a corto plazo".
La abogada y fiscalista Belén Palao, en la presentación del informe, ha explicado que "esta visión tan simplista del impuesto ha dado lugar a un engendro fiscal con el que desgraciadamente vamos a tener que convivir los próximos años. No se ha tenido en cuenta el esfuerzo que supone para las empresas la gestión del impuesto y ello debido, fundamentalmente, a la ausencia de datos necesarios para poder calcular y liquidar el impuesto".
Además, ha considerado la autora que "se trata de un impuesto de gestión ingobernable, ya que muchas empresas están trabajando sobre estimaciones, puesto que la normativa del Impuesto no ha dado tiempo para que las empresas hayan podido prepararse".
Stella Raventós Calvo, presidenta de Aedaf, ha manifestado, por su parte, que "tal y como está diseñado el impuesto, no justifica los problemas de gestión que este va a suponer para las empresas. Es un impuesto mal diseñado, porque las empresas están cada día más sometidas a obligaciones formales, se les está ahogando con presentaciones de todo tipo. El hecho de que una empresa renuncie a la deducción del impuesto por el coste que le supone rellenar papeles es completamente absurdo".
A este respecto, Palao ha indicado que numerosas empresas renuncian a solicitar las deducciones del Impuesto por el exceso de exigencias burocráticas que conlleva. Incluso ya hay muchas empresas comunitarias que han dejado de vender plástico en España por los costes burocráticos que conlleva la gestión del tributo. Y empresas, como las cerveceras, por ejemplo, han cambiado las anillas de plástico de las latas por las de cartón.
La Aedaf denuncia que este impuesto se diseñó en los despachos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico sin tener en cuenta las observaciones presentadas en el trámite de información pública, observaciones que estaban limitadas en cuanto a su contenido.
Por ello, ha denunciado el Impuesto ante la Comisión Europea, al considerar que impone restricciones cuantitativas a la importación y vulneran la prohibición de imponer exacciones equivalentes sobre intercambios mercantiles.
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