Internacional

Las nuevas elecciones en Japón, una arriesgada maniobra para Shinzo Abe

  • El nacimiento del Partido de la Esperanza amenaza su tercer mandato
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe. Foto: Reuters

El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, ha disuelto la Cámara Baja del Parlamento. Habrá elecciones anticipadas el próximo día 22, más de un año antes del término de la actual legislatura. El 10 se llevará a cabo el inicio de la campaña electoral. De ser reelegido, Abe, de 63 años, afrontaría su tercer mandato consecutivo y gobernaría hasta 2021. Se convertiría junto a Eisaburo Sato (1964-1972), Yasuhiro Nakasone (1982-1987) y Junichiro Koizumi (2001-2006) en uno de los gobernantes japoneses más duraderos.

Su objetivo es, dice, avanzar en las reformas económicas. Quiere culminar su estrategia económica conocida como Abenomics. En concreto se propone "aplicar las últimas fases para garantizar el crecimiento". Ha adelantado un plan de estímulo económico de 2 billones de yenes (14.972 millones de euros), que se financiaría con la subida del IVA prevista para 2019 (una medida muy impopular entre los propios ciudadanos) e incluiría una ampliación de los servicios públicos y medidas para fomentar la inversión empresarial.

Justifica la convocatoria de elecciones también por la necesidad de lograr "más unidad" para "superar la crisis" con Corea del Norte. El mes pasado, Pyongyang lanzó dos misiles balísticos que sobrevolaron territorio nipón. Sin embargo, no parece lo más indicado crear un potencial vacío de poder en medio de esas tensiones.

Estas razones para "superar una crisis nacional" no acaban de convencer. Su partido, el Liberal Demócrata (PLD), y su socio en el Gobierno, el budista Nuevo Komeito, tienen una cómoda mayoría de dos tercios en la Cámara Baja (suman 329 de los 425 escaños).

Quizá la intención de Abe sea aprovechar el repunte del respaldo popular tras superar varios escándalos de amiguismo que desgastaron al Ejecutivo en los últimos meses. Un 50 por ciento de los nipones apoya en estos momentos al partido gobernante, según una encuesta del diario Nikkei. La principal fuerza de oposición, el Partido Democrático (PD), atraviesa uno de sus peores momentos de las últimas décadas debido a la reciente dimisión de su líder y a profundas divisiones internas. Mas si su estrategia obedece al deseo de afianzar su poder ante la debilidad de la oposición, esa percepción puede resultar errónea.

No es oro todo lo que reluce

Es una apuesta arriesgada, porque el bloque gubernamental puede perder la mayoría cualificada de dos tercios. Hay una insatisfacción enorme entre las mujeres y los independientes. Ahora los sondeos prevén un disminuido apoyo para Abe y su PLD. De ser así, perdería varios escaños y dejaría de tener la cómoda mayoría de la que disfruta desde 2014 y necesaria para lograr su meta de revisar la constitución pacifista de posguerra para redefinir la función militar.

En realidad lo más probable es que haya acelerado el calendario electoral para cerrar el paso a Yuriko Koike, la muy popular gobernadora de Tokio, de 65 años. Con una amplia experiencia política, Koike arrasó en las elecciones de julio para renovar la Asamblea de la capital y le arrebató la mayoría al PLD. Fue la mayor sangría de escaños en la metrópoli. El contraataque de la gobernadora no se hizo esperar. Anunció la creación del Partido de la Esperanza, del que se puso al frente.

La nueva formación participa en los comicios con el objetivo de disputar el liderazgo a Abe. Presenta como señas de identidad la transparencia de la administración pública, dar un mayor protagonismo social y económico a la mujer o el rechazo a la energía nuclear. Son esos los argumentos con los que conquistó la capital, similares por lo tanto a las de su formación regional tokiota Tomin First (Los ciudadanos de la capital, primero). Se subraya la necesidad de transparencia fiscal y una mayor eficiencia del gasto público del país, que cuenta con uno de los mayores niveles de endeudamiento del mundo desarrollado.

La gobernadora, de 65 años, es liberal con un toque populista. Afirma, por ejemplo, que favorecerá la iniciativa privada, aunque todo teñido con un halo de nacionalismo. Su partido se define como "conservador, reformista y tolerante". Koike asegura haber creado el partido para resetear el país. Afirma que si no lo hacen no se podrán solucionar los principales problemas como la pérdida de competitividad y la seguridad nacional. Siendo la principal impulsora y figura de la formación señala que pretende seguir en su cargo de gobernadora y descarta presentarse como candidata.

Pero ya ha hecho saltar por los aires al PD, formación de centro-izquierda que, si bien se había debilitado mucho, era hasta la fecha el principal partido de oposición. El PD había estado luchando por superar su mermadas cifras de popularidad, deserciones y una imagen empañada tras su período en el poder entre 2009 y 2012.

Su presidente, Seiji Maehara, ha explicado que la formación no inscribirá candidatos en las próximas elecciones anticipadas. Es decir, los líderes del PD ofrecerán su "apoyo total" al grupo de Koike, no competirán con candidatos propios y permitirán a sus miembros postularse bajo la bandera del nuevo Partido de la Esperanza.

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