
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha propuesto este jueves crear en Libia 'hot spots', como se conoce a los centros en los que se hace la primera identificación para distinguir entre potenciales solicitantes de asilo e inmigrantes económicos.
El anuncio llega después de que Macron se reuniera con el primer ministro del Gobierno de unidad nacional de Libia, Fayez Serraj, y con el general Jalifa Haftar, que lidera a los militares que combaten a las milicias islamistas en el este de la nación norteafricana.
En Libia se concentran miles de personas que, después de un largo periplo por Oriente Próximo y, sobre todo, por África, esperan a embarcarse para alcanzar las costas europeas a través del mar Mediterráneo. Las organizaciones humanitarias han denunciado que Libia no es un país seguro porque los recién llegados quedan a merced de las mafias de tráfico de personas que les someten a numerosos abusos para pagar su pasaje.
La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha denunciado esta misma semana, en la presentación de un informe sobre Italia, a donde llegan la mayoría de las personas procedentes de Libia, que los 'hot spots' son espacios alegales donde se vulneran los Derechos Humanos.
150 millones para que alquilen una vivienda
Esta controvertida propuesta de Francia llega el mismo dia en el que la Comisión Europea ha anunciado que destinará 151 millones de euros para ayudar a hasta 30.000 refugiados en Grecia a alquilar apartamentos y sacarles de los campamentos y darles una prestación mensual a través de una tarjeta de débito para comprar alimentos y medicinas, en el marco del nuevo programa de Ayuda de Emergencia para Integración y Alojamiento (ESTIA, por sus siglas en inglés), lanzado este jueves en Atenas.
En concreto, el Ejecutivo comunitario destinará una partida de 93,5 millones de euros para facilitar el alquiler de alojamientos para hasta 30.000 refugiados a través de un proyecto contratado con el Alto Comisionado de la ONU de Apoyo a los Refugiados (ACNUR). En un primer momento cubrirá el alojamiento de 22.000 refugiados y antes de finales de año se aumentará hasta los 30.000. Alrededor de 2.000 plazas se ubicarán en las islas griegas y el resto en las ciudades y municipios de la Grecia continental.