Indices Mundiales
Cuidado con vender la piel del oso: puede que la economía de EEUU no esté tan mal
Sin embargo, este pesimismo puede estar un poco desencaminado. Según Rex Nutting, de MarketWatch, estas caídas obedecen principalmente a la caída del precio de la gasolina, no a un debilitamiento de la economía. El único sector que de verdad está en caída libre es el inmobiliario, reconoce. Pero después puntualiza: hasta ahora.
El ejemplo más claro es el IPC, para el que se espera la segunda caída mensual consecutiva mientras que la tasa subyacente (sin energía) debería seguir subiendo hasta una tasa interanual del 2,9%. Algo que no indica en absoluto una ralentización económica, sino todo lo contrario, y que apunta a más subidas de tipos y no a una bajada.
Respecto a las ventas minoristas, el efecto de la gasolina también será decisivo, ya que esta variable se mide en términos nominales (dólares actuales) y no reales, como el PIB (que se mide en dólares constantes para eliminar el efecto de la inflación). Por tanto, la caída en la inflación provoca una caída a su vez en este indicador. Medidas en términos reales, las ventas minoristas sólo han bajado en el sector del automóvil, ya que el resto mantiene el crecimiento.
En cuanto a la vivienda, las estadísticas son irrefutables, pero lo que es más difícil de probar es el anunciado impacto de la caída del mercado inmobiliario en el gasto de consumo. Éste se mantiene bastante fuerte a pesar de la menor riqueza de las familias por culpa del descenso de los precios de la vivienda. Lo cual tampoco permite pensar alegremente en recesión ni en bajadas de tipos inminentes.
Ahora bien, hay quien plantea una crítica diferente a estos datos, como Jan Hatzius, economista jefe de Goldman Sachs. A su juicio, dado el enorme impulso que le ha dado la caída de la gasolina, el gasto de consumo debería estar haciéndolo mucho mejor que hasta ahora, puesto que sólo ha mantenido el ritmo anterior. Si no se fortalece significativamente de ahora en adelante, creo que será muy elocuente, escribe.
En todo caso, mucho cuidado con dar por muerta a la economía norteamericana antes de tiempo, porque sus ciclos expansivos suelen durar más de lo que nadie imagina y porque nos podemos llevar sorpresas (por ejemplo, más subidas de tipos). En todo caso, sí hay una variable inquietante -la curva de tipos invertida-, porque anticipa una recesión y nunca ha fallado como indicador.