GINEBRA (Reuters) - La máxima funcionaria de derechos humanos en Naciones Unidas instó el lunes a Siria a moderar a sus fuerzas de seguridad e investigar informes de casi un centenar de manifestantes muertos durante el fin de semana.
La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, también reclamó al presidente Bashar El Asad y a su Gobierno que implementen las reformas prometidas y pidió la liberación de los activistas y presos políticos.
"El primer paso ahora es detener inmediatamente el uso de la violencia, y realizar posteriormente una investigación completa e independiente de las muertes, incluyendo el supuesto asesinato de militares y miembros de seguridad, y llevar a los autores a la justicia", dijo Pillay en un comunicado.
Tropas y tanques sirios entraron el lunes en Deraa, según residentes, con la intención de aplastar la resistencia en la ciudad donde comenzó hace un mes un levantamiento contra el autocrático Gobierno de 11 años de Asad.
Grupos de derechos humanos dicen que las fuerzas de seguridad mataron a más de 350 civiles desde que comenzaron los disturbios en la sureña ciudad el 18 de marzo. Un tercio de las víctimas fueron asesinadas en los últimos tres días, mientras se intensificaba la revuelta popular contra Asad.
Asad levantó el jueves el estado de emergencia que regía desde hacía 48 años en Siria.
Pero Pillay dijo que la respuesta del Gobierno frente a los disturbios había sido errática, "con reformas seguidas de una violenta represión de los manifestantes".
"Apenas unos días después del anuncio de amplias e importantes reformas, vemos este desprecio por la vida humana de parte de las fuerzas de seguridad sirias. Las matanzas deben cesar de inmediato", sostuvo.
Asad ordenó a sus fuerzas que no recurran a la violencia contra los manifestantes, pero el uso excesivo de la fuerza se intensificó en los últimos días, de acuerdo a Pillay.
"El Gobierno tiene una obligación legal internacional de proteger a los manifestantes pacíficos y el derecho a la protesta pacífica", agregó.
Decenas de manifestantes, activistas y periodistas fueron arrestados, indicó Pillay, enfatizando que debían ser liberados y autorizados a trabajar sin temor a represalias o arrestos.
La funcionaria de la ONU dijo que durante una reunión con diplomáticos sirios la semana pasada había pedido al Gobierno que tomara nuevas medidas y enmendara las leyes que restringen las libertades fundamentales.
"La violencia y continua represión de los activistas, sin embargo, indican que el Gobierno no está comprometido con las reformas o que no puede controlar a sus propias fuerzas de seguridad", afirmó.