
El número de empresas que se apoyan en el concepto de desarrollo sostenible para crecer cada vez es mayor. Tan solo un 30 por ciento aún no cuentan con una estrategia de crecimiento sostenible, según un estudio realizado por la práctica global de Cambio Climático y Sostenibilidad de KPMG.
Estas cifras se han extraído del informe titulado "Corporate Sustainability: a progress report", un estudio en el que han participado 378 altos directivos de una amplia variedad de sectores distribuidos uniformemente entre Estados Unidos y Canadá, Asia-Pacífico y Europa, así como colaboradores de Oriente Medio, África y Latinoamérica.
En el estudio se identificaron las tres barreras principales a la hora de desarrollar estrategias de sostenibilidad corporativas que aporten valor: herramientas y parámetros comunes ?y sistemas de información? para valorar y analizar el impacto de los programas de sostenibilidad; financiación disponible elevar el ROI y así equiparar inversiones sostenibles a las convencionales; y, falta de un marco regulatorio internacional claro y riguroso en el que las empresas puedan planificar con confianza y seguridad.
Según tipología de empresas
Por tipo de empresas, las sociedades cotizadas de mayor tamaño son las que más han adoptado este tipo de estrategia, superando a sus homólogas privadas de menor tamaño. Casi 8 de cada 10 empresas de gran tamaño encuestadas disponen de una estrategia, en comparación con menos de la mitad en el caso de las entidades más pequeñas.
"Estamos observando que la mayoría de las empresas saben qué deben hacer desde un punto de vista estratégico", comenta Ted Senko, responsable global de la práctica de Sostenibilidad y Cambio Climático de KPMG y socio en la firma de Estados Unidos, "pero necesitan ayuda para elaborar modelos estratégicos y sistemas de información que determinen en qué medida son realmente eficaces, en la comparación de sus planes con respecto a los estándares de la competencia y en la optimización de su negocio para gestionar los retos que plantea un entorno regulatorio en constante cambio".
Dos de cada tres participantes creen que acordar un nuevo conjunto de normas es muy importante o crucial, y la mayoría se muestran a favor del endurecimiento de las regulaciones internacionales si de esa forma se consigue reducir la complejidad y los costes de cumplir con normas estatales y nacionales tan divergentes.
Opinión de los expertos
Yvo de Boer, Asesor Global en materia de Cambio Climático y Sostenibilidad y antiguo Secretario Ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), cree que los próximos debates que se celebrarán en Durban (Sudáfrica) a finales de este año deben culminar en acuerdos que permitan crear nuevos métodos basados en el mercado para ayudar a las empresas a cumplir sus objetivos en materia de sostenibilidad.
"Debemos conseguir que el sector privado sea capaz de impulsar los objetivos de sostenibilidad, pero, para lograrlo, es necesario que exista un claro liderazgo en el sector privado y un apoyo firme por parte de los gobiernos. Esta medida resulta vital si queremos conseguir movilizar los flujos financieros privados tan cuantiosos que son necesarios para que puedan alcanzarse los objetivos climáticos", añade Yvo de Boer.
Para José Luis Blasco, socio responsable de Cambio Climático y Sostenibilidad de KPMG en España, "uno de los aspectos más interesantes del estudio es observar que el concepto sostenible seguramente no transforma por si mismo las compañías, pero éstas han comprendido que es una herramienta de gran utilidad para entender la forma en la que se están transformando los mercados. Por este motivo su integración está trascendiendo a lo que convencionalmente se describe en la agenda de responsabilidades corporativas, para convertirse en un vector clave de innovación".
"Podríamos decir que el prototipo de la compañía más avanzada en este campo es una empresa global que observa en los mercados emergentes su principal motor de crecimiento, que busca la eficiencia y la innovación inteligente en sus procesos y que se encuentra cercana a las preocupaciones de los ciudadanos. Las empresas españolas no son una excepción y entre ellas se pueden encontrar interesantes enfoques que nada tienen que envidiar a las que se consideran pioneras en este campo", añade Blasco.
Sin embargo, la mayoría de las sociedades cotizadas de gran tamaño quieren desarrollar sus propias soluciones.
La financiación de estas medidas
Con respecto a la financiación de iniciativas de sostenibilidad, el estudio revela algunos nuevos métodos innovadores. Por ejemplo, los productores de energía están utilizando métodos de financiación para promover la eficiencia y están combinando proyectos con ciclos de payback (plazo de recuperación de la inversión) más cortos y más largos en una cesta de inversiones capaz de cumplir los requerimientos de payback de sus compañias.
Como se menciona en el informe, algunas empresas progresistas están desarrollando normas comunes para la valoración y la comparación, así como el intercambio de tecnología, en grupos de trabajo dentro de la Global Reporting Initiative (GRI) y el International Integrated Reporting Committee (IIRC).
"Representan ejemplos excelentes de las ideas progresivas que aportan el valor real de una iniciativa de sostenibilidad en el conjunto de las actividades de una empresa", comenta Ted Senko. "Ahora bien, para que las entidades puedan alcanzar todos estos compromisos con confianza y seguridad, es necesario realizar análisis e información de calidad, además debe existir un claro compromiso por parte del gobierno".