Pymes y Emprendedores
Debe enseñarse a los hijos el valor del dinero desde los cuatro años
Tras 19 años asesorando a familias de Beverly Hills, Hausner se ha convertido en referente internacional en esta materia. La semana pasada, ochenta miembros de sagas familiares asistieron a una ponencia suya, organizada por la Asociación Madrileña de Empresa Familiar. Un día después, viajó a Málaga para reunirse con los mejores clientes europeos de Goldman Sachs. ¿Qué tiene de especial su discurso? Ser coherente.
"Cuando trabajaba en Beverly Hills, algunos clientes me decían: intentamos ocultar a nuestros hijos que son ricos, para que aprendan a valorar el dinero. ¿Qué? Mira a tu alrededor, ya saben que son ricos", les respondía Hausner. El camino es otro muy distinto: "Debes enseñarles a ser responsables con el dinero".
Lección que Hausner recomienda inculcar desde los 4 años. "Hay que ser honesto, reconocerle que se tiene dinero, pero dejarle claro que no es suyo, sino de los padres. El hijo debe ser productivo para ganarse el suyo".
El problema de las empresas familiares
Demasiadas empresas familiares terminan pereciendo por no saber educar a los hijos en la responsabilidad y en una correcta cultura del dinero.
Las cifras hablan por sí solas: sólo el 15 por ciento sobrevive a la segunda generación. ¿Cómo evitarlo? "Hay dos puntos fundamentales. Primero, trabajo. Si el padre está todo el día jugando al golf, ¿cómo va a pedir a los hijos que se esfuercen? Segundo, poner a su alcance todas las oportunidades y enseñarles que deben hacer las cosas por sí mismos, labrarse su propio camino".
La receta para aprender a valorar el dinero es darles una asignación semanal, que deben gestionar, y proponerles que destinen un tercio para sus gastos, otro a ahorrar, y otro a los más desfavorecidos. A partir de la adolescencia, Hausner recomienda enseñarles a invertir sus ahorros.
Pero, más importante que el dinero es desarrollar la propia personalidad del hijo. "Existe una receta mágica. Motivación igual a actividad más felicidad", responde Hausner. Esta regla conlleva respetar las decisiones del hijo, ofrecerle todas las oportunidades y sin condicionarle. "La gente feliz es gente productiva", insiste.
Dilemas del empresario familiar
El mayor miedo de un empresario familiar es ver lo alto que ha llegado su negocio y no saber cómo ayudar al hijo a llegar hasta ahí. "Primero deberá hacer su propio camino. Si no, luego no querrá dedicarse al negocio. La clave está en educar a gente competente, no en educar para la compañía", dice Hausner.
Otro gran dilema es elegir al hijo que llevará las riendas. "El padre debe mirar qué hijo es mejor para cada puesto. Uno puede valer para consejero delegado y otro para director financiero. Pero es muy importante que ninguno se enfade con el padre".