Pymes y Emprendedores

Aprender de nuestras relaciones para mejorar en el trabajo



    Las desilusiones y rechazos que sufrimos en nuestra vida sentimental pueden servirnos para afrontar los desafíos y malos tragos que se presentan en nuestra vida laboral. Esta curiosa relación la analiza J. Maureen Henderson en Forbes.

    Perder el miedo al rechazo

    Reunir el coraje suficiente para acercarte a una persona, conocida o desconocida y pedirle su número de teléfono o, simplemente, abrir conversación puede resultar muy difícil. Acudir a una entrevista con el miedo a ser rechazado también puede ser un trago difícil de digerir, pero cuantos más calabazas nos den y más veces nos cierren la puerta en las narices, antes descubriremos que un rechazo no es cuestión de vida o muerte.

    No es cuestión de que no nos importe nada, sino de que seamos capaces de aceptar con rapidez que una puerta se nos ha cerrado para volver a buscar otras que se nos puedan abrir.

    Centrarnos en el crecimiento personal

    Si nunca somos capaces de pasar de la segunda cita o nuestras relaciones no duran más de un mes, probablemente debamos analizar aquellos patrones de conducta o manías que hacen que la gente salga huyendo. La introspección puede ayudarnos a cambiar o mejorar aquellos aspectos que hacen que no cuajemos en las entrevistas. Repasar el currículum con un profesional o 'ensayar' situaciones de entrevistas profesionales pueden ayudarnos a conseguir nuestro trabajo deseado.

    Enfrentarse a nuestras expectativas

    Poner todos nuestros sueños y esfuerzos en obtener un único empleo puede resultar devastador si no se consigue o si , una vez obtenido, resulta no ser tan gratificante. En cuestión de relaciones, obsesionarse con una persona que puede resultar fácilmente inalcanzable, no sólo supone enfrentarse a un posible rechazo brutal, sino que podemos perdernos a gente interesante por el camino. A la hora de buscar trabajo, es completamente comprensible que se persiga un trabajo ideal, pero no hay que perder de vista las ofertas que se nos presentan, ya que nunca sabemos donde se encuentra realmente nuestro futuro profesional.