Pymes y Emprendedores
Los hosteleros no llegan a tiempo de adaptar sus máquinas de tabaco a la ley
Y lo cierto es que sólo entre un 30 y un 40 por ciento llegará a tiempo, aseguran fuentes del sector y fabricantes de la máquinas expendedoras.
Según la ley, deben disponer de un dispositivo electrónico que las mantiene inactivas y sólo el hostelero, a través de un mando a distancia, las puede encender para que el cliente (una vez comprobado que no es menor de edad) retire su cajetilla de tabaco.
Aumento de peticiones
"A día de hoy hemos cursado unas 30.000 peticiones de kits de adaptación, pero creemos que en estas últimas semanas se multipliquen las peticiones", declara José María López, de Azkoyen, uno de los principales fabricantes que operan en este mercado. Sin embargo, según las previsiones de esta empresa, "no serán más de 100.000 las que reciban antes de finalizar el año". Esta empresa calcula que sólo un 30 por ciento de su clientela tiene instalado el mando.
Por su parte, Salvador Font, director de ventas de la empresa Jofemar, otro de los grandes fabricantes, dice que los locales lo han dejado todo para última hora y hace 15 días comenzó un pico de demandas que les está obligando a trabajar horas extras, sábados y domingos incluidos. Aún así, admite que más del 30 por ciento de sus clientes todavía no están adaptados.
Cifras oficiales no hay. Porque por el momento, el Comisionado para el Mercado de Tabacos, organismo dependiente del ministerio de Economía y encargado de cursar las licencias de instalación de las máquinas "no dispone de datos actualizados", admiten. Será a partir del 1 de enero cuando empiecen a recopilarse. Aunque queda en el aire otra cuestión: qué pasará con las máquinas que queden sin adaptar. "Escaparán del control del Comisionado, porque no se notificarán y pasarán a la ilegalidad", señalan desde una asociación de hosteleros.
Temor a las sanciones
Lo que sí está claro es que los dueños de local que no lleguen a tiempo de cumplir con la ley se arriesgan a hacer frente a una sanción que va de 601 a 10.000 euros. Los que quedan fuera de este control son los locales de ocio nocturno que por el hecho de prohibir la entrada de menores de 18 años, no están obligados a contar con un dispositivo de seguridad.
Los modelos de mecanismos que se consideran legales -a efectos de la resolución de 20 de septiembre- son dos: un cable con interruptor y selector al alcance del responsable, y un receptor y emisor de radiofrecuencia. En este último caso, el hostelero será el que disponga de un mando a distancia de control, evitando la manipulación externa.
Sistema de venta a distancia
En ambos casos, el sistema de venta a distancia debe estar integrado en el funcionamiento de la máquina y no ser un simple interruptor de conexión-desconoxión. Esto quiere decir que el estado natural de la máquina es el inactivo, mostrando un mensaje electrónico similar al de no acepta monedas.
Cuando un cliente desee comprar el producto tendrá que dirigirse al hostelero que es el que, mando en mano, y tras comprobar debidamente la edad, activará la máquina. En ese momento, funcionará como hasta ahora, y precisará de monedas para dispensar el tabaco. Una vez finalizada la venta automática, el hostelero deberá proceder a desconectar de nuevo la máquina. Esta operativa, simple pero que puede repetirse con frecuencia a lo largo de la jornada, también ha suscitado las críticas de los hosteleros, "nos obligan a hacer de policías", declaran.