madrid. Enrique Arce y sus socios Alfonso Jiménez y Susana Marcos fundaron en 2004 la consultoría PeopleMatters, con el objetivo de resolver los problemas en gestión de personal de las compañías y los procesos de gestión de recursos humanos. Sus años como consultor le han dado una valiosa experiencia sobre la necesidad de conciliar y facilitar el trabajo de los empleados.P ¿Cuáles son los mayores problemas que se encuentran las empresas al aplicar medidas de conciliación?R Uno de los principales obstáculos es precisamente la homogeinización de esas políticas. En las empresas trabajan muchos colectivos (madres, padres, gente que debe atender a ancianos y discapacitados) y no siempre es fácil poner medidas que convengan por igual a todos. P ¿Ayudaría que los jefes predicaran con el ejemplo a la hora de conciliar vida personal y profesional? R Más que los jefes, yo creo que son los mandos intermedios. Ellos están en contacto directo con los empleados, y son quienes deben ejecutar esas políticas.P ¿Y los mandos intermedios dan ejemplo entre sus plantillas? R De momento no, porque hasta ahora estas medidas de conciliación chocan con la consecución de objetivos. Las empresas deben instalar medidas que ayuden a realizar el trabajo pero sin interferir en el aspecto personal.P ¿En qué actividades profesionales cuesta menos impulsar la conciliación?R En aquellas dedicadas a redes comerciales o que, en general, se trabaje por objetivos. El siguiente paso será desterrar la cultura de lo presencial. Las empresas darán todas las facilidades para que sus empleados cumplan sus objetivos. P Supongo que se refiere al teletrabajo...R Es una de las modalidades, pero no la única. Hay que confiar en que el empleado es profesional. Un buen ejemplo es el de los representantes comerciales. Ellos mismos se organizan la jornada, deciden a quién visitan primero y cuándo, etcétera. Al final rinden cuentas por su trabajo sin haber tenido que estar en la oficina o supervisados por sus jefes.P Pero eso significa que la conciliación sólo puede hacerse en determinados sectores...R No exactamente. Lo que realmente hace falta es implementar en las organizaciones más políticas por objetivos y menos por presencia. Los empleados sabrán que tienen unas herramientas que les pueden facilitar la vida a su disposición, pero tienen que hacer buen uso de ellas.P ¿Se refiere a una especie de cultura de la flexibilidad? R Eso es. Las plantillas tienen que tomar conciencia de que las medidas de conciliación son para facilitarles la vida y el trabajo, pero el trabajo hay que realizarlo, en cualquier caso.P Está describiendo un nuevo escenario laboral.R Lo cierto es que sí hay nuevas reglas de funcionamiento en las organizaciones. Las políticas de gestión de recursos humanos están cambiando y debemos conocer el nuevo campo donde nos movemos. Utilizando un símil deportivo, se puede decir que estamos empezando otro partido con nuevas reglas que todos debemos conocer, respetar y ser responsables.P ¿A qué atribuye está fiebre de la conciliación? R Se están produciendo modificaciones muy importantes en la estructura social, sobre todo debido a la incorporación de la mujer al mercado laboral. Ahora las familias son de doble ingreso (el hombre y la mujer), y eso significa que hace falta gente para atender a los hijos, a los padres ancianos, a familiares que tienen dificultades para valerse por sí mismos, etcétera.P ¿Y cuál es el resultado?R Un mayor reclamo y petición de más tiempo libre. Por eso digo que hace falta acoplar esta reivindicación con el compromiso hacia el trabajo. P ¿Serviría de algo la conciliación a la fuerza, mediante ley?R Soy partidario de que las medidas salgan de la propia empresa; y que tanto los empleados como los directivos sean responsables en su uso. Hay más interés en crear entornos amigables para el desarrollo personal y profesional.