madrid. El mundo está lleno de inspirados gurús, que se despiertan cada mañana y anuncian al mundo sus teorías apocalípticas. Hubo uno que predijo que el impermeable acabaría con los paraguas. También otro que vaticinó que el bolígrafo acabaría con la pluma estilográfica. El que dijo que Internet acabaría, entre otras cosas, con la venta de periódicos y aún espera que se cumpla su pronóstico. Y luego está aquél que declaró que la televisión acabaría con el cine, quizá el más acertado de todos.En 1991, el consumo medio de televisión en España fue de 187 minutos diarios, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Trece años después, esta cantidad aumentó hasta los 218 minutos. Nos encanta sentarnos embobados frente a la caja tonta, aunque los críticos se empeñen en decir que no hay tele sin basura y los publicitarios sigan diciendo que hay otros soportes más interesantes para insertar anuncios.Ayer se presentó en Madrid un informe que da alas al crecimiento de la industria de la televisión en España. El estudio Global Entertainment and Media Outlook, elaborado por PricewaterhouseCoopers (PwC), señala que las empresas del sector de los medios de comunicación, el ocio y el entretenimiento crecerán una media anual del 6,5 por ciento hasta 2010. La televisión de pago y la convencional son los sectores que ofrecen mejores perspectivas de crecimiento: un 18,4 y un 8,6 por ciento, respectivamente. "La entrada de los operadores telefónicos con su paquete de canales es el principal causante de este fenómeno", aclaró Manuel Martín, de PwC. Una mejora de ingresos que también vendrá provocada por el éxito de la TV sobre IP (a través de Internet) en nuestras fronteras. "España e Italia supondrán dos tercios del mercado europeo en este segmento", indicó Martín (3,5 millones de clientes en nuestro país en 2010, calculan en el informe).También la televisión, tal y como la conocemos desde hace 50 años en España -nació el 28 de octubre de 1956-, goza de buena salud. De hecho, este año terminará con dos nuevos canales -Cuatro y La Sexta- "ya estabilizados, lo que indica que este sector sigue teniendo posibilidades de crecimiento. Y eso, además del hueco que existe para el aumento de las posibilidades de la Televisión Digital Terrestre (TDT)", comentó Martín.En ese momento alguien preguntó en la sala si no eran unas previsiones demasiado optimistas. "Aún hay 2,2 millones de PC en España que no tienen acceso a Internet", reconoció uno de los ponentes.Sin embargo, la Red es otro de los segmentos para los que sólo hay buenos augurios. Sus ingresos crecerán una media del 7,3 por ciento en los próximos cinco años, y seguirá ganando la confianza de los anunciantes como soporte publicitario, con una subida del 18,1 por ciento en ese periodo.Los diarios no 'mueren'En el ámbito de la prensa también hay buenas noticias. Hace casi dos meses, The Economist puso fecha a la muerte de los diarios (el año 2043), pero las cifras de PwC apuntan que ese prestigioso semanario levantó el acta de defunción antes de tiempo: el mercado mundial crecerá un 3,1 por ciento de media, hasta llegar a los 208.100 millones de dólares en cuatro años; y, en la piel de toro, el crecimiento será incluso mayor (un 4,6 por ciento, hasta los 5.900 millones). Destaca el impacto de los periódicos gratuitos, aunque los ingresos publicitarios aumentarán en todas las publicaciones.La edición de revistas también continuará en auge, a un ritmo del 2,7 por ciento anual en España, mientras que sus primos hermanos, los libros, presentan unas perspectivas de negocio algo peores: este segmento crecerá un 2,1 por ciento en el periodo 2006-2010. Como si de un truco de magia se tratase, las aventuras del mago Harry Potter han obrado el milagro de hacer que nuestros jóvenes recuperen -o descubran- el placer de leer. Y los e-books (novelas o ensayos en versión online) representan un pequeño sector en expansión, que podría dar nuevas alegrías a la industria editorial.La radio, por su parte, seguirá al alza: hasta un 4,8 por ciento se prevé que crezca al año, un dato superior al de la media europea. Para que luego digan que la pequeña pantalla no deja espacio a otros medios de comunicación...eMule y Kazaa son 'piratas'Pero no todos salen bien parados en el informe: aunque el mercado discográfico global ascenderá a 47.927 millones de dólares en 2010 (lo que supone un incremento del 5,2 por ciento), PwC confirma que, en España, la industria musical no atraviesa su mejor momento. Es más, parece que en los próximos cuatro años experimentará una caída media del 2,5 por ciento. ¿Y de quién es la culpa? Según los expertos, del top manta y de nuestra propia mentalidad. "Seguimos a la cabeza de la piratería en Europa", recordó Jesús Toribio, de Landwell-PwC.Los datos no ofrecen lugar a dudas: uno de cada cuatro discos es ilegal. El problema, explica Antonio Guisasola -presidente de Productores de Música de España (Promusicae)- es que en nuestro país, "la gente no asume que haya que pagar por descargarse canciones de Internet. No nos hemos convencido de que hay unos modelos de negocio legales y otros que no lo son. eMule o Kazaa, por ejemplo, son piratas". De la impresión de que se aplaude la picaresca, es decir, que bajarse música gratis queda bien y gastarse dinero, en cambio, es de pardillos.Pese a todo, el estudio de PwC asegura que la lucha contra la piratería ha comenzado a dar resultados positivos en lo que respecta a la distribución física de música y que, en cualquier caso, se observa un efecto sustitución hacia los formatos digitales. Pero Guisasola no está tan seguro de que el trasvase pueda mejorar las perspectivas de esta industria: "La situación real es aún peor de lo que retrata el informe. Calculamos que, en 2006, la caída de la industria discográfica será del 10 por ciento", advierte.Y en medio de estos vaivenes de subidas y bajadas, un dato sorprendente: los casinos se consolidan como el segundo sector con más perspectivas de crecimiento, con un 12,7 por ciento, y por encima de los registros de la televisión convencional. Después de esta afirmación, los porqués vinieron de inmediato. "Se debe a las posibilidades del nuevo casino de Ciudad Real y al auge de los virtuales que pueblan Internet", dijo Martín. Así que ya saben: hagan juego, señores.