Si existe un evento deportivo de especial relevancia, ese es sin duda la celebración de los Juegos Olímpicos que tiene lugar cada cuatro años. En un acontecimiento de estas características, no se puede dejar nada al azar y menos aún si se trata del engranaje informático. De ello es plenamente consciente la compañía francesa Atos, que lleva desde 1992 -con las Olimpiadas de Barcelona- gestionando la tecnología y la ciberseguridad de los Juegos. ¿Cómo se podría definir la labor de Atos en unos Juegos Olímpicos? Para explicarlo por medio de una imagen, debemos imaginarnos una empresa con 200.000 empleados y 4.000 millones de clientes. En ella, Atos monta todo lo relativo a la infraestructura, cables, aplicaciones... Y es que el Comité Olímpico tiene 200.000 miembros, entre los atletas, las federaciones de los distintos países, etc. Dicho de otro modo, nos encargamos de la tecnología que posibilita transmitir la información, lo que se traduce en 10.000 ordenadores, 1.000 routers, servidores y otros instrumentos que permiten que cualquier persona pueda ver los resultados de cada competición, la programación... De hecho, para las Olimpiadas de Río contamos con un equipo de 3.500 personas que estuvieron trabajando entre cuatro y cinco años antes para prepararlo todo. ¿Desde cuándo se encargan de esta labor? Comenzamos con los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 y, para ello, creamos una división especial en 1989. Por entonces, éramos proveedores y a partir de 2002 nos convertimos en Top Partner, de forma que somos parte del Comité Olímpico Internacional. ¿Cómo se preparan para afrontar un evento de estas dimensiones? El equipo que ahora mismo está en Tokio viene con su experiencia de Río, y lo primero que hacen con el Comité de los Juegos es entender cuáles son las diferencias entre ambas ediciones. En términos generales, aprovechamos cada vez más aspectos de unas Olimpiadas a otras. Por ejemplo, reutilizamos casi un 70 por ciento de las infraestructuras de los Juegos de Londres 2012 para los de Río de Janeiro 2016. Buscamos la reutilización porque así evitamos riesgos y hay menos costes, aunque siempre hay cosas específicas que necesitamos desarrollar. Una vez hecho este análisis de diferencias, empezamos a construir los sistemas. ¿Y se ponen a prueba por medio de incidencias remotas? Este paso es un poco más tarde, es decir, en primer lugar vemos esas diferencias, luego desarrollamos los sistemas y, en tercer lugar, empezamos la fase de prueba. En ella, probamos los sistemas, las personas, absolutamente todo. En este camino hay dos ensayos importantes: technical reasons I y II, 150 y 100 días antes de los Juegos, respectivamente, donde se utilizan datos de Olimpiadas anteriores y hay un equipo que crea problemas para comprobar cómo reacciona el equipo. ¿Qué aporta al conjunto de la compañía este segmento de los Juegos Olímpicos? En primer lugar, las soluciones que se desarrollan para unas Olimpiadas pueden aplicarse a los demás clientes. Se trata de una especie de laboratorio donde probamos cosas, por ejemplo, el sistema de ciberseguridad es el más avanzado del mundo y está al nivel de los sistema de estados. En segundo lugar, utilizamos lo que hacemos en los Juegos Olímpicos para mostrárselo a nuestros clientes, de forma que ganamos en credibilidad ante ellos. ¿Por qué es tan importante una tecnología de este tipo en los Juegos Olímpicos actualmente? Estamos en un mundo global y la gente demanda información. Antes, las Olimpiadas tenían su comunicación interna y alguna cosa se publicaba. Ahora la gente, esté donde esté, quiere saber en tiempo real lo que sucede, por medio de las redes sociales y con su smartphone. Eso es lo que ha cambiado: que hoy en día tenemos que dar información a mucha más gente con gran una diversidad de equipos, de teléfonos, de tablets, de ordenadores, de sistemas operativos y, por supuesto, manteniendo toda la seguridad. Este aspecto es muy importante. Por ejemplo, en los Juegos de Río tuvimos 500 millones de eventos en nuestro sistema de control informático, y cuantos más datos, más riesgos. ¿Cuáles son las nuevas herramientas con las que cuentan? Ya en las últimas Olimpiadas, la mayoría de los sistemas se construyeron por medio de la computación en la nube. Otra innovación es la automatización mediante robots para mecanizar tareas que antes hacían humanos y lograr así mayor rapidez. ¿Cómo serán los Juegos Olímpicos dentro de 40 ó 50 años? La posibilidad de tener hologramas, por ejemplo, no es ciencia ficción. De este modo, se podría proyectar la imagen virtual de los atletas en cualquier estadio del mundo. Otro elemento de relevancia será la interactividad, es decir, que los espectadores no estén pasivos en un evento sino que puedan interactuar jugando, simulando una competición.