La gente de color, asiáticos e hispanos tendrán preferencia para ser contratados en 16 compañías clave del sectornueva york. Con la Semana de la Publicidad 2006 ya inaugurada, las agencias publicitarias más importantes del mundo que cuentan con sede en Nueva York se han visto avergonzadas ante los porcentajes que indican que entre sus filas a penas existen minorías. Todo un golpe en el ego de uno de los mercados que más dinero mueve en el mundo y que en el siglo XXI se ha visto salpicado por la discriminación racial propia de los años 60. Desde aquel entonces, compañías como Ogilvy & Mather, Saatchi & Saatchi o Draft no han puesto ningún empeño en solucionar este problema algo que ha desembocado en la falta de gente de color, asiáticos e hispanos entre los puestos directivos de las agencias más importantes del mundo. De hecho, según los datos que maneja el Departamento Laboral de Estados Unidos, el año pasado sólo había un escaso 3 % de trabajadores negros, 1,6% de asiáticos y un 7,5% de hispanos entre las firmas publicitarias de más prestigio. Por supuesto, ni una parte significativa de esos porcentajes corresponden a puestos de directivos ni gerencia. Con este panorama, ha hecho falta el paso de 40 años y la llamada de atención realizada por la Comisión de Derechos Humanos de Nueva York para que un total de 16 agencias se hayan comprometido a reclutar más minorías, en especial gente de color, y a diversificar sus cúpulas directivas, para acabar con esta controvertida situación. Así, las compañías han firmado por escrito llevar a cabo estas acciones mientras han dado su permiso a las autoridades para que supervisen el proceso durante los próximos tres años. Desde la Comisión de Derechos Humanos se encargarán de monitorizar el acuerdo alcanzado con las agencias, que tendrán que informar sobre la contratación de nuevos trabajadores y la retención de empleados clave cada año. En el caso que no se cumplan la expectativas, las compañías se han comprometido a contratar un consultor externo para alcanzar sus objetivos. Si este método fallase, se cotejarían otras medidas. Además, reforzarán sus programas de becas y prácticas con universidades. De momento, las agencias se han puesto manos a la obra: han constituido juntas que impulsen la diversidad bajo sus dominios y han decidido ligar parte del progreso en este aspecto al sueldo de sus altos ejecutivos, y es que al fin y al cabo el dinero mueve montañas. Por esta razón, quizás el sector publicitario ha decidido no dormirse en los laureles, ya que la Comisión de Derechos Humanos tiene el poder suficiente para imponer multas de hasta 250.000 dólares o, incluso, interponer demandas contra las agencias.