En 2005 se crearon casi 2.000 nuevas sociedades y ya son 50.000 las que operan con este objeto socialEn el Grupo Siro los trabajadores participan activamente en la organización de la compañíamadrid. ¿Qué tienen en común las cooperativas, las sociedades laborales o las empresas de inserción? Forman parte de un gran conglomerado llamado economía social que supone el 8 por ciento del PIB y el 12 por ciento del mercado laboral. Hablamos de más de 50.000 empresas y de dos millones de trabajadores. Pero, qué es lo que las hace diferentes al resto de empresas. "Que además del beneficio económico (necesario para la subsistencia de la propia empresa), buscan uno social o colectivo", explica Marcos de Castro, presidente de la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES, es decir, la CEOE de la economía social). De una empresa de economía social, concreta De Castro, "ningún miembro se hace rico". De los beneficios hay un porcentaje que no se puede repartir (hasta un 20 por ciento), más otro fondo de reserva del 10 por ciento. De este modo, "siempre rentarán más 100 euros invertidos en una sociedad anónima que en una cooperativa (que se quedan en 70 euros)". Un esquema fiscal trata de paliar esto, rebajándoles el impuesto de sociedades hasta el 10 por ciento en el caso de algunas cooperativas. En este punto suelen detenerse los detractores de la economía social: "Son competencia desleal", dicen. Algo que De Castro considera injusto. Sumados los fondos de reserva y el 10 por ciento de Sociedades, esta tributación casi alcanza el 30 ó 35 por ciento imponible al resto.Esto no quiere decir que no se trate de empresas rentables. Eroski, Fagor o Grupo Siro, son algunos ejemplos. Por el contrario son empresas "antiparadigma", dice De Castro. Porque demuestran que crecimiento y generación de empleo son compatibles. Inserción laboralEs el caso de Grupo Siro. Un día, un dirigente de la ONCE en silla de ruedas fue a visitar la planta que la empresa tenía en Venta de Baños, Palencia. "Fue entonces cuando me di cuenta de lo inaccesibles que eran nuestras instalaciones para las personas discapacitadas". Esto le pasó hace más de una década a Juan Manuel González Serna, su presidente.Hoy Grupo Siro tiene empleados a una cuota de discapacitados del 30 por ciento en dos centros especiales ubicados en Venta de Baños. Se trata de la mayor cuota de empleo en empresas españolas, sólo seguida del 14 por ciento de MRW y del 8,6 por ciento de DKV Seguros. La ley obliga a tener un 2 por ciento (si la empresa emplea a más de 50 personas).Los centros especiales de empleo son otra variante de la economía social. La mayoritaria (más del 50 por ciento) lo representan las cooperativas. ¿Su peculiaridad?, un mínimo del 50 por ciento de la propiedad reside en los trabajadores. La empresa de metalurgia Favram es cooperativa desde hace más de 49 años. Su vicepresidente, Juan Juvera, explica que 23 de sus trabajadores son socios de la empresa. Cuando llegan a un nivel óptimo de profesionalización les ofrecen asociarse a la empresa, "es una manera de comprometerlos", dice Juvera, ya que "la formación en este sector es costosísima y el aprendizaje es largo, de unos cinco años". ¿Inconvenientes de estas sociedades? Que los trabajadores sean socios, transforma la manera en que se organiza la empresa. Ya sean 20 o los 5.000 (los que tiene Fagor), todos los trabajadores tienen que ponerse de acuerdo para, por ejemplo, comprar otra sociedad, aprobar las cuentas o tomar cualquier otra decisión que afecte a la empresa.A cambio, un ámbito donde las cooperativas tienen un campo abonado es, precisamente, en el agrario. Gracias a estas formas de cooperación empresarial, quien recoge aceitunas no se queda en eso, sino que se alía con el que transforma la aceituna en aceite, con el que la envasa y con el que la lleva a los mercados. En este caso, la economía social completa la cadena productiva.